Crisis económica

Ciudadanos vs políticos por Carmen Gurruchaga

La Razón
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L os españoles que no vivimos de la política somos conscientes de que el país hace aguas y que es preciso taponar las vías si no queremos que se vaya al traste. Por eso, un 60% de los ciudadanos acepta las políticas de austeridad y de control del gasto público, así como las reformas estructurales que se están llevando a cabo para acabar con la crisis aunque hayan afectado a sus bolsillos, según una encuesta de Funcas. Pero, aunque no lo diga el trabajo demoscópico, también exige unos políticos con nivel, capaces de llevarlas a cabo con éxito y dispuestos a apretarse ellos mismos el cinturón. Frente al discurso corporativista de muchos políticos, incapaces de delegar o soltar lastre por miedo a perder el poder de su chiringuito particular, una abrumadora mayoría de encuestados se muestra partidaria de delimitar las competencias de los diferentes niveles de gobierno, de las fusiones entre municipios y de la supresión de las diputaciones provinciales. No se trata de echar la culpa de la desastrosa situación actual a las comunidades o al Gobierno, sino de arreglar el desaguisado y encauzarlo de la manera más racional, dado que nadie duda del excesivo endeudamiento de las comunidades autónomas y de la necesidad de que ajusten sus planes al objetivo, aunque para ello tengan que devolver aquellas competencias que no puedan financiar.
Nada de eso significa una renuncia a la actual organización territorial de España o la recentralización del Estado. Hay que entenderlo como la necesidad de organizar las cuentas para ajustarlas, evitar despilfarros incontrolables o duplicidades de servicios y volver a ser un país viable. Es tan sencillo como dejar lo que haya funcionado bien y retirar las disfunciones. Pero hay que hacerlo.