Literatura

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Libros para todos los públicos

La Razón
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Con muy poco dinero pero mucho entusiasmo, tanto como talento, entre Javier López, mi adorada Verónica Durán y las niñas de Edere montan cada año en la Plaza Nueva (o donde tenga a bien mandarlos el Ayuntamiento) una Feria del Libro equilibrada, entretenida, para solaz de los lectores que no habitamos el planeta de las musas. Todavía hoy, cada vez que vuelvo de ese antro tan recomendable llamado Alhucemas, me asalta la carcajada al recordar las andanzas de Lasso de la Vega evocadas por Aquilino Duque en la edición del año pasado. Han elegido este año a Eduardo Mendoza para que, hoy, pronuncie la conferencia de inauguración. No podía ser más atinada la idea. El novelista catalán no es ningún abstruso letraherido, que de todo tiene que haber, sino un escritor que produce literatura para todos los públicos: historias que atrapan, rebosantes de humor y bien escritas. ¡Es tan fácil decirlo! Aunque hace poco pinchó con su fallido «Mauricio o las elecciones primarias», las escasas esperanzas de que esta generación ágrafa que se nos viene encima se aficione a la lectura descansan sobre Mendoza y unos cuantos como él. Nadie puede escapar de un laberinto de aceitunas, ni dejar de sentirse intrigado por el misterio de la cripta embrujada o menos todavía permanecer insensible a las desventuras de Gurb, ese extraterrestre patoso que se caía en todas las zanjas de la Barcelona preolímpica.