Schumacher un adiós obligado

Madrid- Michael Schumacher (3-1-1969, Hürth-Hermülheim) confirmó ayer en el circuito de Suzuka lo que era un secreto a voces. El alemán anunció, en el escenario que acoge este fin de semana el Gran Premio de Japón, su retirada definitiva tras el fichaje de Lewis Hamilton por la escudería Mercedes para 2013.

El regreso del heptacampeón hace ya tres temporadas a Mercedes fue una especie de agradecimiento. Fue la empresa que sufragó sus gastos en categorías inferiores y que, una vez llegado a lo más alto, no pudo obtener el retorno deseado porque en ese momento la marca de la estrella estaba fuera de los intereses del Mundial de F-1. «Schumi» brilló en Benetton y, sobre todo, en Ferrari, donde logró cinco de sus siete títulos. A finales de 2006, con la irrupción de Fernando Alonso, decidió retirarse y después de probar en el mundo del motociclismo –con una grave caída en el circuito de Cartagena incluida–, Mercedes le llamó para intentar regresar a lo más alto. Con 43 años, el siete veces campeón mundial ha tenido que rendirse ante la evidencia. Su compañero Rosberg le ha ganado la batalla en innumerables ocasiones y su leyenda se ha ido diluyendo. Dos son los factores claves que le han llevado a tomar la decisión definitiva: la superioridad técnica de Ferrari y el vacío que se produjo entre dos generaciones de pilotos tras la muerte de Senna en Imola.

Su indecisión sobre si seguirá el próximo año provocó el fichaje de Hamilton por parte de Mercedes. Eso sí, es muy probable que el alemán desempeñe funciones dentro del equipo. Y ahí «Schumi» tendrá mucho que decir desde el muro de boxes. «En 2006 mi batería estaba vacía y ahora está en zona roja», aseguró el piloto alemán horas antes de afrontar uno de los últimos grandes premios de su vida.