La mujer perfecta

Uno de los mejores amigos de mi hijo dice que «la mujer perfecta» debería, al menos, saber qué es un fuera de juego. Y yo, que hace tiempo me di cuenta de la importancia del asunto, decidí que las reglas del fútbol son tan sencillas como para poderlas comentar… ¡incluso sin haber visto el partido!
Porque comprenderán ustedes que cuando, por ejemplo, hay un encuentro Real Madrid-Atlético de Madrid como el del pasado sábado y todos mis hombres abandonan mi casa para disfrutar del famoso derbi madrileño en el estadio Santiago Bernabéu, una, en vez de plantarse frente a la pantalla de la televisión, elige la del ordenador o incluso dedicarse a arreglar la ropa interior y se olvida un rato largo de que existen las pelotas…
Eso sí, como una sabe también que los hombres son muy dependientes y que quieren compartirlo todo, todo, pues antes de que vuelvan a casa, selecciona alguno de los muchos programas-resumen en la tele o en la radio, se prende en la memoria quién ha marcado los goles, si ha marcado o no Cristiano Ronaldo, si las expulsiones están justificadas, si ha hablado Mourinho, cuál ha sido el ritmo del partido y si el éxito ha llegado a través de los penaltis o no y en cuanto regresan los machos de la casa, lo comenta con ellos.
El resultado no puede ser más satisfactorio. Ellos han ido al fútbol, una se ha quedado en casa haciendo sus cosas, ellos vuelven y cuentan más que entusiasmados, y una escucha y comenta interesadísima… ¿El balance final? Que cada uno hace lo que le da la gana y servidora, al menos para sus hombres y por un rato, queda convertida, sin discusión y sin esfuerzo, en la mujer perfecta.