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Pasa el tiempo pero no no la vocación deportiva

Pasa el tiempo pero no no la vocación deportiva
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MADRID- las siglas GTC siempre han representado en la gama Opel una opción deportiva. Una vocación de victoria en una marca que ha cosechado muchos triunfos en todos los campos de la competición, especialmente en los rallies y en las carreras del DTM alemán. Este espíritu de la competición se traslada de alguna manera a los coches que salen de la cadena de montaje, como es el caso del nuevo Astra GTC. Un vehículo que, aunque mantiene idéntica denominación que las versiones anteriores, es completamente diferente. En esta última evolución sólo se han aprovechado los retrovisores exteriores, las manillas de las puertas y la antena de los Astra precedentes.
Estamos ante un auténtico cupé con un diseño muy personal en el que destaca una carrocería con una línea muy personal y diferente de otros modelos de la competencia. Compacto en su tamaño –el mismo del Astra comercializado hasta ahora–, dispone sin embargo de una mayor anchura y menor distancia al suelo, lo que se traduce en una mayor efectividad y estabilidad en la conducción.

Su nuevo diseño ofrece una estética deportiva que se complementa con las mecánicas elegidas bajo el capó delantero. El comprador podrá elegir entre dos motores de gasolina turbo inyección, uno de 1.4 litros de cilindrada y 140 caballos con sistema «stop/start» incluido, y otro de 1.6 litros que rinde cuarenta caballos. más. En ambos casos se montan cajas de cambio manuales de seis velocidades. También está disponible con un motor diésel 2.0 CDTI de 165 caballos, en el que se ha conseguido lograr un consumo muy bajo, para lo cual también dispone del sistema de parada y arranque automático.

Una vez en carretera, el GTC se muestra ágil y muy estable, gracias a una dirección precisa que permite cualquier tipo de maniobra por extrema que ésta sea. En el apartado de la estabilidad también colabora mucho un chasis noble en sus reacciones, en el que se han montado unas nuevas suspensiones que, además de precisión, aportan comodidad y tracción.

Su interior también ha sido remodelado en todos sus elementos. Su presentación es muy cuidada, funcional y con rasgos deportivos en pequeños detalles. El salpicadero, por ejemplo, contiene un cuadro de instrumentos de fácil lectura con amplia información. La consola central acoge desde el navegador hasta la palanca de cambios, así como también otros mandos de fácil gestión. Los asientos delanteros son acogedores, mientras que las plazas traseras, pese a sus dos puertas, tienen un acceso fácil. Los dos pasajeros de detrás van cómodos, pues las distancias para las rodillas son más que suficientes aún tratándose de un cupé.

En el maletero cabe un buen número de bultos y su mando de apertura se acciona tocando el logotipo de Opel. Con este GTC, la firma alemana ha dado un importante paso adelante poniendo en el mercado un coche atractivo, amplio y cómodo que evoca aspectos deportivos en carretera, aunque sin renunciar a su cometido de útil coche urbano.