Londres

Gilbert & George punkis de 70

Dónde: Ivorypress Art + Book Space. Cuándo: del 14 de abril al 14 de mayo. Cuánto: entrada gratuita. 

George y Gilbert, personalidades intercambiables
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A primera vista parecen una pareja de viejitos entrañables. Por sus andares, sus corbatas a juego estampadas con el callejero de Londres, esos trajes. Pero en seguida demuestran que no hay rastro de flema británica y empiezan a completar las frases del otro con ocurrencias, generalmente soeces. Gilbert (Dolomitas, Italia, 1943) y George (Devon, Inglaterra, 1942) llevan cuatro décadas de carrera artística basada en la agitación y el sentido del humor. Traen a Madrid sus últimas provocaciones, «Postales de la uretra».

«Bueno, por la uretra no hay que ver algo negativo. Es de donde venimos», dice Gilbert (o George). «Y es que todo está hecho automático en el hombre. Te guste o no, tienes que orinar», dice George (o Gilbert). La exposición muestra 76 piezas nuevas, tras veinte años sin crear obras basadas en las postales que cualquiera se puede encontrar en una tienda de souvenirs, y que ellos disponen liberando un círculo en su interior que simboliza la uretra. «Tenemos la suerte de que las cabinas de teléfono de Londres no las utiliza nadie y se han convertido en un muestrario de anuncios sexuales o de Viagra. Eso es lo que plasmamos, lo que hay en la ciudad».

Pero su intención no es criticar la doble moralidad de la sociedad británica, «sino celebrarla». En contra de lo que puede parecer, defienden que el arte tiene un propósito, «una función moral», dice George con solemnidad después de un centenar de bromas. «Cuando empezamos era diferente. Ahora hay nuevas moralidades, avances en las formas de pensar. Estamos agradecidos a las generaciones anteriores que terminaron en la cárcel para tener el modo de vida de hoy. Y hay que seguir haciéndolo, porque el arte cambia la política a través de la moral», asegura Gilbert.

Los símbolos
La moral (o su puesta en cuestión) es un tema central de su trabajo. «Nuestro arte es como las inscripciones de las paredes, no necesitamos soldaduras ni oro ni animales disecados. Sólo el mensaje es lo importante». Cuando se les recuerda que esa es una filosofía punk, Gilbert asegura: «Nosotros empezamos a hacer punk antes del punk. Cuando inauguramos ‘‘Human body and bloody life'' en 1974, nos decían: ‘‘Viene una gente muy rara a ver la exposición''. ¿Sabe quiénes eran? Malcom McLaren y los Sex Pistols». Hay pocos símbolos más punkies que la Reina de Inglaterra o la Union Jack, y quizá por eso la bandera británica se repite con profusión en la serie, a veces envolviendo peluches, otras, en simples postales de recuerdo.

«Nos gusta el símbolo de las cruces y de la religión que subyace en la bandera». El país bajo la bandera también ha cambiado al ritmo de la sociedad multicultural, y ya no es una religión, sino muchas. «Es gracioso, porque las bangladesíes de Londres de hace 30 años no llevaban burka. Pero ahora sí, para sentirse más fuertes», dice George. Gilbert: «No lo hacen por ellos, sino por nosotros, para decirnos...». A coro: «¡Que os den!». Coleccionan las postales. «Nunca las hemos robado, pero sí 3.600 carteles de los que anuncian periódicos», admite con una sonrisa uno de los dos, da lo mismo. Es el arte de la provocación.