Ingeniería
Vacunas sin pinchazos
A través de las pulsaciones de un láser se administrarán las dosis de inmunoterapia de forma cutánea y se evitarán las temidosagujas.
Cada año, en esta época comienzas las temidas campañas de vacunación contra la gripe. Muchos dejan de acudir a la cita por el simple hecho del «miedo a las agujas». Pues bien, la Ciencia va a poner remedio y ha creado para ello unas inyección indoloras gracias a la tecnología láser. Un nuevo sistema realiza ráfagas microscópicas de la sustancia inmunizadora sobre la piel, de modo que el paciente tan sólo lo percibe como un soplo.
El método, publicado en la revista «Optics Letters», de la Sociedad de Óptica de Korea, consiste en utilizar un granate de itrio compuesto aluminio, (o Er: YAG), y con un láser que propulsa una pequeña corriente, la justa para administrar el medicamento con la cantidad necesaria de fuerza. Este tipo de láser es comúnmente utilizado por los dermatólogos, «sobre todo para tratamientos estéticos faciales», explica Jack Yoh, profesor de ingeniería mecánica y aeroespacial de la Universidad Nacional de Seúl en Corea del Sur, que desarrolló el dispositivo junto con sus estudiantes de posgrado.
El láser se combina con un pequeño adaptador que contiene el fármaco a administrar en forma líquida, además de una cámara que contiene agua que actúa como un «motor» fluido. Una membrana flexible separa estos dos líquidos. Cada pulsación del láser, que dura sólo 250 millonésimas de segundo, genera una burbuja de vapor en el interior del fluido de accionamiento.
La presión de la burbuja ejerce una fuerza elástica sobre la membrana, lo que provoca que el fármaco se expulse a través de una boquilla en miniatura en un «chorro» estrecho de apenas 150 millonésimas de un metro (micrómetros) de diámetro, poco mayor que la anchura de un pelo humano.
Otros métodos científicos
Antes que los coreanos, otros miembros de la comunidad han trabajado en diferentes formas de evitar las temidas agujas a la hora de inmunizar al ser humano. Así, un grupo de investigadores, según publicaba «Nature Medicine», desarrollaron un método revolucionario en forma de parche. Éste se coloca en la piel, y más de un centenar de agujas microscópicas hechas de plástico biodegradable penetran ligeramente y de forma indolora en la superficie de la dermis y se disuelven sin dejar huella. De momento, han obtenido grandes resultados en ratas y piensan dar el salto a experimentos con humanos.
«El parche con las microagujas que se autodisuelven puede facilitar los programas de inmunización al eliminar la necesidad de personal especializado y permitir la autovacunación», explicó Mark Prausnitz, del George Institute of Technology, de Atlanta (EEUU).
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