Auténticos líderes

Ayer se celebró en el parque del Retiro de Madrid una carrera solidaria patrocinada por el Hospital Niño Jesús, de la que se hizo eco LA RAZÓN el pasado viernes 7 de octubre, para conseguir fondos para la investigación en pediatría. Y, al día siguiente, también en nuestro periódico, Jaime Echagüe publicó un magnífico reportaje sobre este extraordinario centro sanitario de referencia en Europa. Y apareció en escena la foto de un hombre sencillo, muy elegante y con una dulce sonrisa. Se trata de Juan Casado, el jefe de la UCI de dicho hospital.

Le conozco desde hace catorce años. No me puedo considerar su amigo, pero sí soy un gran admirador de su competencia profesional y científica. Nos ha enseñado, junto a la competentísima Pilar, a cuidar de nuestra hija. Para la juventud actual, los líderes sociales suelen ser deportistas o artistas musicales. Si se trata de Nadal, Pau Gasol o Plácido Domingo, nada que objetar. Si es Justin Bieber, todo que objetar.
Merecedores de premios

Pero hay en nuestra sociedad personas de la talla del doctor Casado, o del doctor Francisco Rubio (pionero en España en la aplicación de la epidural, hoy feliz y gruñonamente jubilado), que pasan desapercibidas porque su labor no sale en los «pogramas» de actualidad de nuestras televisiones. Y hoy quiero reivindicarlos como profesionales que llegaron, primero, a ser personas, luego, personajes y, por último, seres humanos de talla excepcional que se dedican, en el caso de Juan Casado, a paliar el dolor de los más pequeños, a investigar sobre las enfermedades infantiles y a devolver a la sociedad curados a la mayoría. Un médico excepcional que bien merecería el premio Príncipe de Asturias de Medicina.