África

El Cairo

Mursi jubila a la cúpula militar

El presidente egipcio cesa al general Tantaui como ministro de Defensa y retira las prerrogativas a la Junta Militar en pleno estallido de la crisis en el Sinaí

Mursi anula enmiendas constitucionales que reservan prerrogativas a Ejército
Mursi anula enmiendas constitucionales que reservan prerrogativas a Ejércitolarazon

En un anuncio sorpresa y un gran golpe de efecto, el presidente egipcio, el islamista Mohamed Mursi, reestructuraba ayer la cúpula militar del país, quitándole los poderes que le había «robado» poco antes de que fuera elegido en las urnas el pasado mes de junio. Mursi recupera así los poderes absolutos de los que siempre ha gozado el jefe de Estado, como el ex dictador Hosni Mubarak, e incluso algunos más, como el Poder Legislativo –el Parlamento se encuentra actualmente en un limbo legal– y el de intervenir en la redacción de la nueva Constitución.
El presidente egipcio reafirma de esta forma su autoridad frente a los militares, sobre todo «jubilando» al mariscal Husein Tantaui, ex ministro de Defensa de Mubarak y líder de la Junta Militar que gobernó Egipto desde la marcha del ex presidente en febrero del año pasado. Tantaui ha sido remplazado al frente del Ministerio de Defensa por Abdel Fatah al Sissi, hasta ahora jefe de la inteligencia militar, lo cual podría indicar que Mursi quiere contar con un estratega y a un hombre capaz de hacer frente a los retos de seguridad a los que se enfrenta el país en estos momentos con la crisis del Sinaí.
El segundo de la Junta y jefe del Estado Mayor del Ejército, el general Sami Annan, también ha sido jubilado por el decreto de Mursi, anunciado por la televisión pública. Se interpreta que los cambios son consecuencia del ataque ocurrido hace exactamente una semana en la frontera entre Egipto e Israel, en el que fueron abatidos 16 guardias fronterizos egipcios, abriendo una nueva crisis para el presidente Mursi.
Por primera vez desde la firma del tratado de paz con el vecino hebreo en 1979, El Cairo ha mandado soldados y tanques al Sinaí para tratar de retomar el control de la región y asegurar la frontera, donde están actuando grupos armados extremistas de corte islámico. Pero hay quien cree que los acontecimientos del Sinaí han servido finalmente de excusa al presidente islamista para librarse de los generales, con los que ha tenido que convivir durante pocas pero muy tensas semanas, con los que ha mantenido un intenso pulso desde el primer momento.
Aun así, el «despido» de los líderes uniformados no podría haber tenido lugar sin un acuerdo previo con los generales, que buscaban una «salida segura» desde hace tiempo, ante las peticiones de que sean juzgados por los crímenes cometidos en los quince meses en los que han estado al frente de Egipto. Los principales responsables durante ese tiempo, Tantaui y Annan, serán ahora consejeros presidenciales, un cargo más honorífico que otra cosa, pero que deja claro que los generales no se han ido por sus errores ni serán probablemente juzgados. Otros altos mandos de la Junta Militar han sido reubicados en cargos civiles, incluidos los comandantes de la Armada y de la Aviación. El que ha permanecido es el general Mohamed al Assar, que será viceministro de Defensa y que ha confirmado a la agencia Reuters que la decisión de Mursi fue consultada con Tantaui y la Junta Militar, que Mursi ha desmantelado «de facto», rápidamente y sin apenas ruido.
Esto no significa que el Ejército dejará de tener un rol fundamental en Egipto, pero ya no estará gobernando el país directamente, ni tomando decisiones relativas a la población civil, o sea, regresará a sus funciones defensivas, que es lo que el pueblo pedía y lo que Mursi prometió.
Pero el presidente, miembro de la congregación de los Hermanos Musulmanes, ha incumplido una de sus principales promesas, que hizo durante la campaña electoral y tras ser investido: nombrar a un vicepresidente copto y/o a una mujer. En el paquete de decisiones asumidas ayer, Mursi designó a un hombre musulmán, aunque de reconocido prestigio e independencia: el juez reformista Mahmud Mekki. Este movimiento parece conllevar un mensaje conciliador hacia la judicatura, que ha sido la institución más agresiva con los islamistas, que ahora controlan todos los poderes menos el judicial.


Un relevo sin ruptura con los generales
El coronel Abdel Fatah al Sisi juraba ayer de forma expeditiva como nuevo ministro de Defensa de Egipto, donde es impensable que un civil ocupe esta cartera. Al Sisi era el jefe de la temida inteligencia militar y formaba parte de la Junta que gobernaba el país, siendo el más «reformista». En un encuentro con Amnistía Internacional el año pasado, el general admitió que era necesario cambiar la cultura de las Fuerzas de Seguridad egipcias, conocidas por sus métodos brutales, pero defendió los test de virginidad que los militares practicaron a algunas manifestantes detenidas «para evitar denuncias por violación contra el Ejército» posteriormente.


PERFIL
El escudero de Mubarak

El mariscal Mohamed Husein Tantawi, de casi 80 años, era un compañero de armas del ex presidente Mubarak. Fue su ministro de Defensa durante dos décadas y siguió siéndolo tras su derrocamiento, después del cual asumió también la presidencia del país, liderando la Junta Militar que ha gobernado Egipto desde febrero de 2011 hasta la elección de un presidente democrático. Se convirtió en el blanco de la ira de los revolucionarios, que le responsabilizan directamente de la represión y las masacres ocurridas durante la transición.