Barcelona

Crisis en el galimatías de las guarderías públicas de Barcelona

Crisis en el galimatías de las guarderías públicas de Barcelona
Crisis en el galimatías de las guarderías públicas de Barcelonalarazon

BARCELONA– Carlos y Carmen se estrenaron como padres hace unos meses. Son jóvenes, viven en el Eixample, tienen trabajo estable –él es periodista, ella trabaja para una firma de moda internacional– y todos los ingredientes para vivir una plácida existencia urbanita si la crisis no interfiere. Tras haber finiquitado sus respectivas bajas de paternidad, la pareja se ha llevado una bocanada de realidad al ser testigos de la carrera de obstáculos que supone poder acceder a una plaza de guardería pública en Barcelona.

Desde los dos centros más cercanos a su casa, justo antes de iniciar la preinscripción, les han advertido de que «ni lo intenten», porque tienen una situación «muy acomodada» que no les propicia el acceso. Ahora ambos han asumido que, de los 269,30 euros mensuales que cuesta cómo máximo una guardería pública este curso, pasarán a tener que abonar casi 500 euros en una privada.

La incógnita
Aunque Carlos y Carmen han desechado la idea de acceder a un centro público, las familias barcelonesas que sí lo desean se han topado con una situación insólita. En plena etapa de preinscripción –comenzó el miércoles– los centros todavía no pueden indicar el precio de la plaza a los padres. Una incógnita que sigue en pausa a la espera de que la conselleria de Enseñanza aclare si aplica o no un recorte del 38 por ciento de su aportación. El modelo, financiado a tres partes entre Govern, ayuntamientos y familias, podría incrementar el 26 por ciento que representa la cuotas de las familias si la Generalitat sólo aporta 1.000 euros anuales por alumno el curso que viene. El tijeretazo supondría un descenso del 44 por ciento en dos años. «Todavía no hemos cerrado este tema, estamos a la espera de reunirnos con la federación de municipios, aunque nuestra voluntad sería que las cuotas estuviesen claras en el periodo de matriculación –empieza el 11 de junio–», indicaron fuentes de la conselleria de Enseñanza.

Y mientras las familias asisten incrédulas al «show del recorte en suspenso», los trabajadores están en pie de guerra. El nuevo equipo municipal ha aprobado unas medidas que pasan por aumentar el número de alumnos por aula en las 92 guarderías públicas. A partir de septiembre, el grupo de lactantes pasará de siete a ocho alumnos, el de 1 a 2 años, de diez a trece, y de 2 a 3 años, de 18 niños a 20. Un cambio para poder encajar 900 plazas más. Además, se reducirá el servicio de apoyo externo a los tutores. Se tendrán que ocupar de dos grupos en vez de uno. «Es una situación insostenible, el día 30 abril presentamos 200 alegaciones para tratar de salvar el modelo actual», defiende el portavoz del sindicato CC OO, Joan Medina.

Ante los planes del equipo de Trias, entre los trabajadores se ha constituido un comité de huelga que votó en referéndum, sin el apoyo de los sindicatos mayoritarios, ir a la huelga entre mañana y el jueves. «En la votación participaron 750 personas, y por una diferencia de 140 votos ganó el no. El apoyo no era mayoritario», lamenta Medina, y añade que «no es el momento, ni la forma de organizar una huelga».

Presión familiar
Con todo, la presión familiar y sindical está ahí. El grupo autodenominado «Escoles Bressol indignades», formado por familias y trabajadores, acude a todos los plenos del Ayuntamiento, e organiza acciones unitarias desde el pasado mes de septiembre. La última, una fiesta a la que se sumaron famiilas enteras ayer en el parque de la Ciutadella.

 

Sube el precio en Cataluña
Las 42 guarderías de la Generalitat repartidas por Cataluña subirán el próximo curso un 25,6 por ciento su precio, según la orden de la conselleria de Enseñanza sobre el precio del servicio escolar consultada por Ep. Si en el presente curso las guarderías públicas cuestan 78 euros mensuales, el próximo año las familias deberán pagar 98 euros por hijo y mes. La Generalitat recuerda, en esta resolución, que no se trata de una etapa de la enseñanza obligatoria y, por ello, no está sujeta a gratuidad y argumenta que el precio no subió ni en 2010 ni en 2011.