Barcelona

Insulto a los católicos sobre el escenario

En la sauna ficticia que se representa se ve a un joven borracho que grita al caer de un taburete: «¡Ésta es la juventud del Papa!».

La polémica obra, que ayer se estrenó en el Teatro Nacional de Cataluña, ha levantado ampollas entre los colectivos católicos
La polémica obra, que ayer se estrenó en el Teatro Nacional de Cataluña, ha levantado ampollas entre los colectivos católicoslarazon

BARCELONA- Finalmente se consolidó la provocación anunciada desde hace días. La Sala Tallers del Teatro Nacional de Cataluña (TNC) estrenó ayer la polémica obra de Josep Maria Miró i Coromina «Gang Bang (Obert fins a l'hora de l'Àngelus)». Con todas las entradas vendidas, el montaje cumplió las expectativas respecto a provocación alrededor de la reciente visita del Papa a Barcelona. En taquilla se recordaba que el contenido podía herir la sensibilidad del espectador. Y así es para aquellos que son católicos.

Una sauna gay situada a pocos metros de la Sagrada Familia es el escenario que sirve para reflexionar sobre sentimientos y poder. Quedan pocas horas para que Benedicto XVI consagre el templo. En escena se recrea una sauna en la que en la primera escena alguien procedente del Vaticano pacta un encuentro sexual con otro hombre. Allí acude un padre desesperado por encontrar a su hijo desaparecido desde hace años, entre otros motivos, por un incidente sexual durante su infancia.

En la obra podemos encontrar un tipo solamente vestido con la bandera vaticana que, borracho, canta tras caerse de un taburete «¡Ésta es la juventud del Papa!». Entre los clientes de la sauna destaca un político que se define como «demócrata y cristiano» que negocia su noche de sexo masculino con un compañero de la oposición.

Otro personaje, que no oculta su conservadurismo político, es orinado por varios hombres mientras canta a todo pulmón el Cara al sol, el Virolai y el himno del Barça, afirmando antes que él es «católico, apostólico y romano».

Las chicas de limpieza del local, en el que se fuma mucho en vivo, también son un insulto para los católicos. Una de ellas tiene visiones gracias a haber pasado años limpiando el local de todo tipo de residuos. La otra es una catequista que ha sido drogada con éxtasis por sus alumnos. En una bolsa de basura lleva un cáliz y una cruz de Sant Jordi, abandonados en la sauna. Un creyente le indica que hacer sexo oral será fácil para ella porque debe poner la boca «igual que cuando te dan la hostia». Esta misma mujer incluso llega a rezar a un puño pintado en la pared y con el que se quiere representar una práctica sexual que consiste en introducir una mano en el interior de un ano.

Miró i Coromina indica que el local, en el que por accidente cae una de las torres de la Sagrada Familia, tiene como clientes a Legionarios de Cristo y varios curas. La propietaria de la sauna afirma que la visita del Papa ha traído nuevo material al establecimiento.


Total normalidad
Desde el TNC se aseguraba ayer, a pocos minutos del estreno, que el ambiente era de «total normalidad». La asociación E-cristians, presidida por Josep Miró i Ardèvol, no descarta enviar a sus abogados a ver «Gang Bang» para estudiar medidas legales contra el teatro y el autor del texto. El conseller de cultura, Ferran Mascarell, defendió la programación de la obra en el teatro y apuntó que «si molesta a la sensibilidad de algunas personas, que estén previamente avisadas. Nadie obliga a ir a los lugares adonde no quieres ir».