Barajas

EL EXPERTO: Arraigados en el protocolo

En medio del sugestivo caos que supone un millón y medio de jóvenes en Madrid, las instituciones españolas vuelven a demostrar al mundo, por encima de ideologías, nuestra capacidad para acoger eventos de primer nivel. La primera, como de costumbre, la Corona.

La Razón
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En lo que a ceremonial se refiere, la presencia de Benedicto XVI está siendo atendida no sólo como viaje pastoral de formidable repercusión internacional, sino como visita de Estado. Recibido por los Reyes el jueves en Barajas, al Papa le correspondía ayer desplazarse al Palacio de La Zarzuela, donde ha recibido el saludo de los miembros de la Familia Real presentes en Madrid y tuvo lugar un encuentro privado con Don Juan Carlos. Por cierto, la conversación personal más larga prevista para Su Santidad durante estos días. Es el formato estipulado en este tipo de visitas.

Nuestra Carta Magna, aclarando que no hay confesión de carácter estatal, prevé relaciones de cooperación con las confesiones religiosas, citando expresamente la Iglesia Católica. Cualquier análisis de los gestos de los Monarcas o los Príncipes de Asturias denota que traducen bien, en lo que a protocolo se refiere, el sentido de hospitalidad que a la primera de nuestras instituciones corresponde simbolizar. Que sean los Reyes quienes se adelanten a recibir a su invitado a la salida de su vehículo o que cedan el lugar central al recién llegado al encaminarse hacia el estrado dice mucho más, en comunicación no verbal, que los grados de inclinación del saludo ante un líder espiritual tan reconocido.