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Parla

«Cada vez que había una arruga en la camisa me daba una paliza»

Una supuesta víctima de violencia de género aseguró hoy en el juicio que se celebró en la Audiencia Provincial de Madrid contra su ex pareja que cada vez que encontraba una arruga en su camisa le daba una paliza, algo que se repetía "una y otra vez si la comida no estaba a punto o la casa no estaba recogida".

La Sección 26 de la Audiencia juzgó esta mañana al marroquí Youssef D., de 32 años, para quien la fiscal solicitó una condena de cinco años y dos meses de cárcel por dos delitos de lesiones en el ámbito familiar, otro de amenazas y otro de maltrato habitual. El procesado inició una relación con la víctima en octubre de 2005. Tres meses después, decidieron vivir bajo el mismo techo en un piso de la localidad de Parla. A partir de ahí, el hombre comenzó a agredir de forma continua a la mujer, aislándola de su entorno familiar y social. En su declaración, el acusado negó haber golpeado, amenazado y violado a su ex compañera sentimental, de quien aseguró que "siempre estaba llorando". A preguntas sobre si le pegaba cuando la comida no estaba a su hora o la ropa bien planchada, respondió: "Nunca". Asimismo, negó haber encerrado a la víctima en una habitación durante horas, cuando él se iba de casa, y le acusó de mentir en todo lo contado en la denuncia que interpuso la chica el 5 de mayo de 2006 tras recibir una paliza en plena calle."Evitaba pegarme en la cara" Frente a su versión, la mujer manifestó que las palizas eran continuas, incluyendo patadas, mordiscos y golpes. "Siempre evitaba pegarme en la cara. Pero me golpeaba en el resto del cuerpo. Le daba igual. Me daba en la calle, en casa, en una tienda...", relató la chica, quien contó que le insultaba con que era "una niñata de mierda porque siempre estaba llorando". "Me decía la ropa que me tenía que poner con cuello alto. Empezó a traer pañuelos, libros de su religión y me impedía tomar la píldora anticonceptiva. Había que convertirse", narró la víctima, quien recibió un tratamiento psicológico que acabó abandonando al no poder aguantar el tener que recordar constantemente la experiencia vivida durante las sesiones. La mujer aseguró a la Sala que no denunciaba porque tenía miedo a que la matara. "Me amenazó con matarme a mí y a mi familia si contaba lo que pasaba", indicó y reconoció que todas las relaciones sexuales que mantenían se producían después de una paliza. En la pericial, una psiquiatra que se entrevistó con la víctima explicó que ésta padece un trastorno afectivo de tipo depresivo por los hechos vividos por el aislamiento y control al que estaba sometida. En sus conclusiones definitivas, la fiscal pidió que el procesado indemnice a la víctima con 450 euros por las lesiones sufridas y con 1.000 euros por el trastorno afectivo que sufre.