Convenios colectivos
Cambio de «modelo»
Se está abordando la reforma de la negociación colectiva con la esperanza de resolver los problemas que la reforma laboral de hace un año no fue capaz de abordar. Hay que esperar que no nos defraude de nuevo. Los puntos clave que entran dentro de su ámbito de competencia se basan, ante todo, en la necesidad urgente de adaptar el contenido de los convenios a la realidad empresarial, económica y social del país. No se trata de reducirlo todo en términos de pérdida o ganancia, sino de lograr un cambio de «modelo», que es tanto como decir que hay que pasar de un modelo desfasado a otro que responda a las exigencias actuales. Si este cambio de modelo no se logra, estaremos ante una nueva oportunidad perdida. Para ello, sería indispensable acordar varios puntos:
– Alargar la duración de los convenios en sus cláusulas normativas, por ejemplo a cinco años, para acabar con la ultra actividad, que es el mayor freno para la renovación de los contenidos.
– Lograr una estructura profesional «flexible» que permita la movilidad funcional y geográfica y a la vez favorezca la polivalencia y una mayor «empleabilidad».
– Acercar los convenios a la realidad de cada empresa: los incrementos retributivos, los incentivos y la adaptación de la jornada anual, sin crear por ello una mayor burocracia sindical.
– Relacionar los incrementos salariales a la productividad de las empresas es un principio sano de crecimiento, pero me temo que vayamos a entrar en un «jardín» complicado debido a la dificulta para acordar cómo se va a medir la productividad.
A la CEOE , los sindicatos y el Gobierno, un ruego y una esperanza: no pierdan más el tiempo ni se limiten a poner un «parche» más a nuestro maltrecho mercado de trabajo.