Francia
Una combativa comedia romántica
Que el título de esta película no les lleve a engaño: «Los nombres del amor» no es ni una comedia romántica, ni un drama, ni una reflexión sobre los distintos tipos de relaciones sentimentales. La nueva película de Michel Leclerc es, fundamentalmente, política, eso sí, aderezada con tintes sentimentales. Ni al propio director le ha gustado el título español: «Personalmente no mucho . La traducción literal es "Los nombres de la gente". En todo caso, la finalidad es que hablemos de amor y de política, un tema que apasiona a los protagonistas y que forma parte de sus vidas. La perspectiva no es, sin embargo, cínica; todo lo contrario», explica el realizador.
Pero hablar de política no es como hacerlo de fútbol: la complejidad del tema, más si nos referimos a Francia, desbordaría una cinta modesta como ésta. El tema, pues, es más concreto: los orígenes, diversos como en pocos países, de sus habitantes. «Es un tema que está en ebullición. Creo que se utiliza al extranjero para dar miedo con fines electoralistas. Quería mostrar que no se puede reducir a la gente a identidades, son demasiado simplistas. Resulta estúpido, por ejemplo, asimilar que las personas de origen magrebí son musulmanas, porque en muchos casos no es así. Los personajes tienen diversos orígenes, pero, no obstante, no entran en ninguna casilla. Tanto el director como su pareja y también coguionista Baya Kasmi son hijos de lo que él denomina «una pareja mixta» y el tema les ha tocado de cerca: «Durante el colonialismo francés, íbamos a Argelia y les decíamos que eran franceses. Después, cuando venían a Francia, les decíamos que no. Son temas difíciles de dirigir, son todavía dolorosos. La pregunta es si podemos reírnos de eso. Al escribir la historia, tanto mi pareja como yo nos hemos basado en nuestras experiencias personales», asegura Leclerc. ¿Cuál es entonces la respuesta a la conflictividad social de la que habla el realizador? «Políticamente, la película plantea más preguntas que ofrece respuestas. Sobre todo, habla sobre qué significa ser de izquierdas en la Francia de la actualidad». Sí se siente orgulloso del impacto que ha tenido entre sus compatriotas: «Esperábamos más reacciones encontradas, un conflicto mayor; curiosamente, hemos recibido muchos emails y cartas de gente que se sentía identificada con los personajes». Para que se hagan una idea, en esta pareja protagonista, el padre de ella es argelino; la madre de él es judía. Es decir, pura Francia.
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