Partido Republicano

Lo que traerá febrero

La Razón
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En febrero se elegirán 187 delegados para la convención republicana, frente a los 115 que se eligieron en enero. Pero nada es tan claro como dos números en el endiablado sistema electoral americano, especialmente complejo en las primarias, en que cada partido decide ciertas normas generales y cada organización estatal, añade otras, a veces violando las generales. Así ha ocurrido en el caso de Florida, que adelantó su votación contraviniendo lo dispuesto, por lo que ha sido castigada a perder la mitad de sus delegados, 25 de 50, pero está por ver que se aplique la penalización.
En febrero hay siete consultas en tres días y un solo debate. Hasta lo de los tres días es problemático, porque ayer, se celebró el «caucus» de Nevada, pero el de Maine no hizo más que comenzar, prolongándose hasta el 11. El martes 7, «caucuses» en Minnesota y Colorado, pero no vinculantes, y unos comicios en Missouri que no son tal, puesto que no eligen nada, lo que en el argot llaman «concurso de belleza». Gingrich decidió no participar. El 28, las primarias de Arizona y Michigan, pero en esta última, Santorum no consiguió entrar porque le faltaron un par de docenas de firmas de entre varios miles presentadas. Lo único que unifica todas las citas electorales es que a diferencia de las de enero, todas son proporcionales; no es el ganador el que se lleva todos los delegados, sino cada uno según los votos obtenidos.
La sabiduría convencional dice que será pan comido para Romney, que ya ganó algunas en 2008 contra el senador John McCain. Ahora, con su superior organización y potencia económica ha podido trabajar esos estados más que ninguno de sus competidores. Pero siempre hay quien no se conforma con lo convencional y en un análisis caso por caso aporta buenas razones que no garantizan al ex gobernador de Massachusetts un paseo triunfal. Otras posibilidades son factibles.
Los «caucus», recuérdese, son asambleas en las que participan un número de personas bastante más reducido del que votan en las primarias, (en general los más militantes), de ahí que Ron Paul, que se ha concentrado en Maine, tenga esperanzas de que su puñado de fieles le proporcionen delegados en esta cita. Ése es el caso de Romney en Nevada, donde la apreciable minoría mormona puede pesar. Su expectativa es la de una importante victoria. De no ser así le perjudicaría. La incógnita está entre Rick Santorum y Newt Gingrich.