Gandía

Restaurantes para compartir platos: Casa Manolo mimo al producto: por Tatiana Ferrandis

Los guisos marineros son la especialidad del chef Manuel Alonso Fominaya

El chef, junto al mar que provee su despensa
El chef, junto al mar que provee su despensalarazon

Recuerda Manolo que lo que hoy es una dirección gastronómica a tener en cuenta en todo viaje antaño era un merendero regentado por sus padres: Manolo Alonso y Matilde Fominaya. «La gente que paraba por aquí se traía la comida de casa y nosotros vendíamos la bebida», afirma. Lejanos quedan aquellos tiempos y hoy el chef apuesta por una alta cocina marinera en la que perviven las raíces y el mimo por el producto de máxima calidad, que llega a la mesa pleno de sabor y manipulado lo justo. Explica que su propósito es respetar su herencia, actualizar las recetas de su madre, así como poner en práctica las lecciones aprendidas tras su paso por la casa de Martín Berasategui. Su despensa es la lonja de pescados de Gandía, donde adquiere lo mejor que ha dado el mar ese día.
Asimismo, Manolo Cuenta con un extraordinario servicio de sala, algo que se agradece, y con un equipo de camareros experimentados que saben aconsejar platos tan imprescindibles como los callos a la madrileña, sí, cuya elaboración no se desvía ni un gramo de la receta de su creadora: doña Matilde. El punto de gelatina y la suavidad hacen que resulten una de las especialidades de la casa, casi tanto como el callo de sepia con salsa de cacao con salpicón de micro verduras.

Homenaje a Ferrero Rocher
Otros clásicos son las sepionets (sepias pequeñitas), que no siempre están en carta, ya que deben alcanzar un calibre concreto; las verduras de temporada con polvo de romescu, un plato del que Manolo se siente orgulloso, y los arroces, por supuesto. Estos días hace pruebas con una fórmula compuesta por pichón y pulpo, un mar y montaña cuyos sabores, dice, conviven bien porque son muy equilibrados. Mientras concluye la receta, recomienda el senyoret, el guiso tradicional de langosta, patata y canela, que añade al final para que no se apodere del plato, o el rossejat, con gamba roja y puntilla. Al preguntarle por un pescado para dos, nos aconseja el rape envuelto en patatas fritas con reducción de cassis. Y para los paladares carnívoros, un chuletón de Luismi, proveedor de los mejores templos culinarios, que sabe aún mejor con un tinto valenciano, el Obscur de 2008. Por último, únase al homenaje a Ferrero Rocher, un delicioso praliné de avellana con crujiente de barquillo, chocolate con leche, oro comestible y helado de avellana envuelto en chocolate con almendra. La sobremesa, mejor alargarla en el lounge, donde disponen de carta de cócteles. Pida que le elaboren el suyo con la ginebra de chufa Ginself de Benicasim. ¡Un brindis!


Dirección: Pº Marítimo de Daimús. Valencia.Tel: 962 818 568.
Precio medio: 40 euros.
Plato estrella: callo de sepia
Prestaciones: con chiringuito.
Días de cierre: ninguno.
Web: www. restaurantemanolo.com