Kabul
La OTAN captura a un líder terrorista
Desde hace unas semanas, Islamabad está bajo presión de Washington, que acusa a los servicios secretos paquistaníes, el ISI, de apoyar a la red Haqqani, que tiene sus bases en Waziristán del Norte (las áreas tribales paquistaníes) pero opera en territorio afgano.
Se cree que este grupo insurgente está detrás de varios ataques de alto perfil contra objetivos occidentales, como el espectacular asalto del pasado 13 de septiembre contra la embajada de
EE UU y el cuartel general de la OTAN en Kabul.
Las autoridades paquistaníes han negado esas presuntas acusaciones y han desmentido que sus agencias de espionaje apoyen a las milicias insurgentes que actúan en Afganistán. Pero ayer, el mando de la OTAN en Afganistán informó de la captura del principal líder de la red Haqqani, Haji Mali Khan, en una operación conjunta entre la Alianza Atlántica y las Fuerzas de Seguridad afgana. «Mali Khan había sido emisario entre la red Haqqani y los talibanes paquistaníes, que proporcionaban milicianos extranjeros a los talibanes (afganos) y la red Haqqani», aseguró la OTAN. El arresto del líder talibán arroja a la luz una serie de cuestiones incómodas para Pakistán, y su anuncio coincide con las declaraciones demoledoras del ex consejero de Seguridad Nacional paquistaní, que dijo a la BBC que el grupo radical opera «frente a las narices del Ejército paquistaní» en la remota zona fronteriza de Waziristán del Norte. Debilitar a la red Haqqani es una de las prioridades de la OTAN: en 2011, sus fuerzas han llevado a cabo más de 500 operaciones durante las que han muerto veinte supuestos militantes del clan y unos 1.300 han sido detenidos. «La captura de Haji Mali Khan es un paso significativo para desbaratar a la red Haqqani», afirmó la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF).
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