París

Sole Giménez: «Hemos de enterrar a las malas artes» por Amilibia

Profesión: cantante, música, profesora de voz.Nació: en 1963, en París.Por qué está aquí: presenta su disco «El cielo de París», un homenaje a la canción francesa.

Sole Giménez: «Hemos de enterrar a las malas artes»; por Amilibia
Sole Giménez: «Hemos de enterrar a las malas artes»; por Amilibialarazon

–«El cielo de París». Usted es de las que quieren ir al cielo, ¿eh?
–Depende de quién esté allí. Yo quiero ir al cielo de la buena música.
–Era la voz de Presuntos implicados. ¿Están ya todos en la trena?
–No, ja, ja, ja. Fuimos unos adelantados: ahora el país está lleno de presuntos implicados.
–Este disco nace de su admiración por Edith Piaf. ¿Aceptaría una vida como la de ella por un éxito como el de ella?
–No, en ningún caso. No hay éxito que merezca tanto sufrimiento.
–¿Las vidas tormentosas dan mejores artistas que las llamadas «normales»?
–No. Ahí está Ella Fitzgerald, por ejemplo, que tuvo una vida normal. Hay muchos artistas increíbles con una vida normal.
–Canta «La bohème». ¿Hemos cambiado la bohemia por...?
–Por el desenfreno. A mí me gustaría vivir la del París de los 30 a los 40.
–Canta «La mala reputación». ¿Prefiere una mala reputación a ninguna reputación?
–Prefiero la mala reputación de Brassens. Me gusta: no era políticamente correcto. Más que irreverente, conviene ser sincero.
–Canta «Himno al amor». ¿Ideal para ser interpretado en...?
–En un funeral. Necesitamos un funeral para enterrar las malas artes: corrupción, manipulación, derroche...
–Ya. Canta «¿Por qué te vas?». Ahora se va mucha gente de España...
–Yo soy hija de emigrantes de los años 50, de los que iban con la maleta de madera atada con una cuerda. Nací en París.
–Canta la «Habanera de Carmen». ¿Qué tiene usted de Carmen, el mito de la liberación sexual de la mujer?
–He ejercido mi libertad sexual todo lo que he podido.
–Canta «Ne me quitte pas». No me dejes. ¿Va por Artur Mas?
–Ja, ja, ja. Las cortinas de humo son manipulación. No me gustan. Necesitamos hacer un ejercicio de solidaridad con nosotros mismos.
–Canta «La vie en rose». ¿Qué podemos hacer para que la crisis sea rosa?
–No aceptar el miedo. Y ver la esperanza.
–Eso o darse al rosado fresquito...