Nápoles

«Era chulo y autoritario»

Schettino, el capitán del «Costa Concordia», ha dedicado su vida al mar. Arrogante y preocupado por su físico, había sido oficial encargado de seguridad en la empresa

«Era chulo y autoritario»
«Era chulo y autoritario»larazon

Es el malo y el tonto de la semana. El incapaz que con su comportamiento inconsciente ha provocado una tragedia. Es la autoridad fallida. El hombre que esperas que aguante en su puesto cuando vienen mal dadas, pero que escapa con el rabo entre las piernas. Es el mentiroso, el cobarde, el que se empeña en decir que no tiene culpa de nada cuando el mundo entero opina lo contrario. Es Francesco Schettino, el comandante del «Costa Concordia», presunto culpable de un triple delito: hundir el buque crucero, ser incapaz de organizar la evacuación y abandonar a su suerte a la nave y a los pasajeros al ser de los primeros en huir. Para más inri, se negó a volver a bordo del barco cuando se lo exigieron.
Pero, ¿cómo es Schettino? Quienes han trabajado con él lo consideran un tipo extrovertido y jovial, pero irresponsable. Mario Terenzio Palombo, el que fue su superior cuando Schettino era el segundo del «Costa Serena», el buque gemelo del «Costa Concordia», advierte de que varias veces tuvo que llamarle la atención para que recordara cuáles eran sus responsabilidades. «Nunca fuimos amigos, siempre tuve reservas hacia él. Era un chulo, un tipo demasiado exuberante», cuenta el capitán Palombo, ya jubilado.

Intratable
Uno de los oficiales subalternos de Schettino en el «Costa Concordia», Martino Pellegrino, dice que es un hombre «autoritario» e incluso a veces «intratable». «No se podía hablar con él. Le gusta más el timón que las máquinas», relata Pellegrino, para quien su capitán navegaba con los edificios flotantes que son estos buques crucero como si se tratase de pequeñas embarcaciones de carrera. «Es como si condujese un autobús lujoso igual que un Ferrari».

Quienes le conocen coinciden en señalar que Schettino era un vividor, una persona a la que le gustaba rodearse de mujeres hermosas. Los supervivientes españoles de la tragedia del «Costa Concordia» afirman que la noche del accidente presentaba un aspecto desaliñado, muy lejano de la imagen de capitán que esperaban encontrar. Incluso algunos afirman que parecía que hubiese bebido alguna copa de más. Muchos señalan también que pasó buena parte de aquella noche en compañía de una atractiva joven, la moldava Domnica Cemortan. «Lo que más me escandaliza es que estuvo un buen rato bebiendo en el bar del brazo de una mujer», explica Monique Mauker, una de las pasajeras.

Nacido en 1960, el hombre más odiado del momento en Italia es originario de una de las zonas mas hermosas del país, la Península Sorrentina, al sur de Napoles, tierra de marineros desde hace mil años. Como tantos de sus vecinos y de sus familiares, Schettino tuvo que buscarse la vida en el mar. Estudió náutica en una escuela de Piano de Sorrento y en 1981 comenzó su carrera naval. Empezó como joven oficial en los transbordadores de la naviera Tirrenia, luego saltó a los de la Snav Agip y, más tarde, debutó en el mundo de los cruceros con Msc, compañía desde la que llegó a Costa Cruceros, la propietaria del «Costa Concordia», en 2002.

En esta última empresa, primero fue oficial encargado de la seguridad. Este dato hace que resulte aún más irritante su desafortunada actuación cuando debía haber organizado la evacuación de la nave. De esta responsabilidad pasó a segundo de a bordo y en 2006, fue ascendido a comandante, haciéndose con el timón del «Costa Concordia».

Como el Titanic
Antes de que el desastre de su barco enfangase su nombre, Schettino hizo unas declaraciones a un periódico checo de las que ahora, a buen seguro, se arrepiente. «No me gustaría estar en el pellejo del capitán del ‘‘Titanic'', viéndome forzado a navegar entre icebergs, pero pienso que con la preparación adecuada toda situación puede ser resuelta y todo problema puede ser evitado», dijo, seguro de sí mismo.

Aún cavó más su tumba cuando el periodista le preguntó si la película «Titanic» había desanimado a la gente a viajar en crucero. «Por suerte, la gente se olvida de las tragedias rápidamente. Es lo mismo que pasa cuando se estrella un avión. Todo el mundo piensa que no le va a pasar a él», respondió.

El entorno del comandante del «Costa Concordia», que se encuentra en arresto domiciliario en su casa de Meta de Sorrento, donde vive con su esposa y su hija adolescente, ha cerrado filas. Critican a la Prensa por haber hecho un juicio paralelo y defienden la pericia marinera de Schettino. «Dejadle en paz, estáis enfangando una carrera honorable. Mi hermano demostrará que no es responsable de lo que ha sucedido», ha dicho su hermana, Giulia. Sus amigos también lo defienden. Insisten en que optando por acercarse tanto a la costa después de que la nave chocara con unos escollos, logró salvar miles de vidas.

No se sabe qué piensa la madre de Schettino de lo sucedido. Él, como buen italiano, le dedicó la primera llamada que hizo después del incidente. Le dijo: «‘‘Mamma'', ha ocurrido una tragedia. He intentado salvar a todos los pasajeros que he podido. Quédate tranquila, ya ha pasado todo».