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La esencia de los deportivos de siempre

Con el BRZ, Subaru entra en el selecto mercado de los coupés gran turismo, con la personalidad de su motor tipo bóxer

La esencia de los deportivos de siempre
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MADRID- Hacía tiempo no salía al mercado un deportivo de carrocería clásica, es decir, un coupé de dos puertas y estudiada aerodinámica. Tal vez porque la demanda se ha orientado hacia otras tendencias y las ventas de este tipo de vehículos son escasas. Por ello, la aparición de un coche como el Subaru BRZ supone una buena noticia ya que abre más posibilidades al mercado y ofrece una alternativa a un grupo selecto de compradores que buscan distinción y deportividad.

Además, este BRZ es un coche excepcional porque es el único vehículo de este tipo que incorpora un motor de estructura bóxer, es decir, de cilindros opuestos. Una solución que sitúa el centro de gravedad en posición muy baja, lo que supone una ventaja para la estabilidad del conjunto. Este tipo de motores son tradición en Subaru, ya que sus ingenieros utilizan esta tecnología desde sus orígenes y cuentan con la experiencia de doce millones y medio de unidades rodando sin problemas. El motor del BRZ es muy cuadrado, con 86mm tanto de diámetro como de carrera. De ahí el nombre T-86 del modelo similar que venderá Toyota, dentro de los acuerdos de colaboración entre ambas marcas.

El BZR siempre será un coche de minorías. Para conocedores de deportivos y de una marca gloriosa en el campo de los rallyes, ya que atesora varios títulos mundiales. Y porque el número de unidades que llegarán al mercado español será muy limitado. El importador estima que sólo tendrá disponibles un centenar de ejemplares el próximo año. Y por un precio de menos de treinta mil euros, es de suponer que se lo quiten de las manos. Quien se duerma se queda sin coche.

Las formas externas son de lo más atractivas, con una carrocería que ofrece una buena arerodinámica y un interior terminado con materiales de calidad. La posición ante el volante de tres radios es perfecta para realizar una conducción deportiva, con asientos de tipo «baquet» que recogen el cuerpo en las curvas. Por delante, los relojes del salpicadero ofrecen una visión perfecta, con el cuentavueltas en grande y, justo a la altura de la mano derecha, el pomo de la caja de cambios invita a meter la primera y salir a negociar las primeras curvas.

Las sensaciones que transmite son las que gustan a los aficionados a la conducción deportiva. No estamos montados en un coche de carreras, pero sí en un verdadero gran turismo, a diferencia de otros coupés del mercado que más parecen berlinas. No es el caso del BRZ que, gracias a su tracción trasera y a la posibilidad de eliminar los controles de tracción, puedes cundicirlo como si fuera un «kart» e incluso provocar grandes derrapadas debido a su comportamiento sobrevirador cuando se aprieta a fondo el acelerador a la salida de las curvas. Suspensiones adecuadamente duras y eficaces frenos, unidos al bajo centro de gravedad, colaboran en estas sensaciones muy satisfactorias para los futuros clientes de un coche con buena relación calidad/precio.