Chávez al estilo Perón

Hugo Chávez regresó a casa pero las dudas persisten. Aunque su retorno a Venezuela tranquiliza por algún tiempo a sus simpatizantes, no despeja las interrogantes planteadas por la recurrencia del cáncer que afecta al mandatario y que lo llevó a la isla caribeña para someterse a una tercera operación. Aún se desconoce la gravedad de la enfermedad de Chávez, pero las intervenciones quirúrgicas a las que debió someterse los últimos ocho meses tornan inevitable la cuestión de si el mandatario estará en condiciones o no de soportar la campaña electoral de cara a las presidenciales de octubre y, en caso de ganar, mantenerse seis años en el poder.

Nada más pisar suelo venezolano en alusión a los comicios, Chávez afirmaba que «la victoria bolivariana del 7 de octubre, eso lo dicen hasta las piedras. No van a poder con nosotros», y reiteró su intención de llevar adelante su proyecto político socialista trazado hasta el año 2030.

«Show» en directo
«La paliza que le vamos a dar a la oposición va a ser memorable», dijo ayer en su anunciada aparición en el Balcón del Pueblo, donde recitó cantes populares como el tema «Motivos Llaneros» e incluso bailó algunas estrofas. Después de una prosa por la recuperación del presidente entonada por un niño de 10 años, los miles de asistentes cantaron el himno nacional. ¿Sería posible que al igual que Argentina y tras la muerte de Hugo Chávez, el chavismo se perpetuara eternamente en el tiempo como el peronismo? Heinz Dieterich, el sociólogo alemán –residente en México– que acuñó el término «socialismo del siglo XXI» y que fuera defensor de la revolución bolivariana opina a LA RAZÓN: «Cuando un líder de esta estatura desaparece, se requieren generalmente varios lustros o décadas hasta que alguien aparezca que pueda llevar la bandera del fundador. Para eso requeriría un líder que fuera sentido por las mayorías como legítimo heredero del fundador del proyecto y circunstancias objetivas que permitan una coyuntura económica con reducción del desempleo y mejoramiento social de las mayorías».

El director de la firma de opinión pública Datanálisis, Luis Vicente León, también echa por tierra los comentarios de quienes aseguran que no habrá «chavismo sin Chávez». «Lo que no sé –dice– es proyectar la fuerza de ese movimiento y tampoco sé si puede ganar una elección. Cuando Chávez no esté, los chavistas duros, que son en torno al 35% no van a votar por Capriles, el principal candidato de la oposición, con esa base decir que el chavismo sin Chávez no existe me parece atrevido», agrega. Y Nicmer Evans, profesor de Teoría Política de la Universidad Central de Venezuela, también descarta que el chavismo corra riesgo de «desaparecer o de desestabilizarse» porque, asegura, «se dan las condiciones para continuar el proceso.Una tendencia del proceso revolucionario dice que el proceso va mucho más allá de Chávez», agrega. Habrá que esperar a los próximos meses para ver si es posible un peronismo a la venezolana.

Una campaña complicada
Los venezolanos tienen el ojo puesto en la radioterapia a la que se someterá el presidente y en si decidirá volver a La Habana para tratarse. Algunos analistas consultados por LA RAZÓN opinan que tratarse allí acarrea el costo de tener la campaña electoral casi paralizada y causar fricciones en el oficialismo mientras se acercan los comicios de octubre. Sin embargo, la popularidad de Chávez parece mantenerse y las últimas encuestas le dan un 55% de popularidad.