Valencia

«La ópera pide otro corte de pelo»

Schrott, uno de los barítonos mozartianos más apreciados, rinde tributo a su tierra, Uruguay, con «Rojotango».

«La ópera pide otro corte de pelo»
«La ópera pide otro corte de pelo»larazon

-Como la ópera, los tangos más desgarrados son los que más triunfan.
-Los tangos más románticos, en los que el intérprete más sufre, son los más populares. También tienen las mejores melodías. Para seguir una línea dramática, la ópera necesita tres horas: la soprano ama al tenor, el tenor se enamora de la soprano y el barítono lo mata. Todo eso pasa en el tango en apenas dos minutos.

-¿Cómo ha realizado la selección?

-Traté de hacer un repertorio digno, pulcro, que tuviera coherencia entre sí

-¿Le resultó complicado técnicamente abordar el género?

-Lo estudié bastante. Fue una aventura. Estuve ensayando con el ensamble que creamos para el álbum y probé algunos enfoques de la voz que no había experimentado. Fue un ejercicio de laboratorio.

-¿Cómo es ese «Elissir d´amore» que estrena hoy en Valencia?

-El casting es impresionante. Tenemos un director musical que está haciendo un trabajo estupendo.Luego, la puesta en escena es totalmente sorprendente. Esta clase de producción puede llamar la atención a generaciones más jóvenes.

-Está muy comprometido con estas propuestas innovadoras.

-Es una responsabilidad de los intérpretes, mantener las tradiciones de un arte como éste, pero también de darle un corte de pelo un poco más moderno. No le hace daño a nadie, lo que sí perjudica son los extremistas que exigen que las cosas se deben hacer de una determinada manera.

-Se prodiga en Valencia y en el Liceo, pero le vemos menos en Madrid, aunque recientemente estuvo en el cumpleaños de Plácido Domingo.
-Estaré en el Real dentro de poco con esta producción. La primera vez que canté en Madrid fue un «Requiem» de Verdi, con García Navarro, con fiebre y en el aniversario de Domingo tenía un problema de estómago. Aquello era un regalo y yo habría cantado como fuera. En el momento que acababa el aria recordé mi primera audición con Plácido y casi me echo a llorar. Pensaba que podía ser la última vez que pudiera cantar teniendo al maestro sentado enfrente de mi.

-Usted, sin embargo, dice que su modelo a seguir es Kraus.

-Imitar a Plácido es como intentar ser Dios. Es algo inhumano, el único que ha podido hacerlo es él y todavía resiste. Es un ejemplo de cómo se forma un mito. Kraus está un poco más cercano a los simples mortales como yo, que somos más cuidadosos con el repertorio y vamos poco a poco, sin dejarnos llevar por las grandes ofertas, tampoco si son económicas.