Portugal

Línea por línea somos superiores por Julián REDONDO

Línea por línea somos superiores por Julián REDONDO
Línea por línea somos superiores por Julián REDONDOlarazon

El 10 de junio Italia sorprendió a España, y al mundo, con un fútbol abierto, ansioso de balón, alegre y desconocido. En Brescia, ciudad natal de Pirlo, se santiguaban: «Que ésta no es mi Italia, que me la han ‘‘cambiao''». Con justificada timidez, soñaban los brescianos que con ese modelo, diseñado por Cesare Prandelli, su paisano, al fin, podría deslumbrar con la «Azurra» y exponer todo su repertorio, como lo hizo en la renovada Juve de Antonio Conte durante la temporada. Y Pirlo ha triunfado, con su clarividencia, que en nada tiene que envidiar Xavi, y con aquel «panenkazo» a Inglaterra que Ramos, defensa central, clavó con idéntica frialdad en la red de Rui Patricio.

Si en la Eurocopa permitieran el intercambio de cromos entre selecciones, en el caso de italianos por españoles, salvo con Pirlo y Buffon, serían dos por uno. Pirlo por Xavi, bueeeno; Buffon por Casillas, eeea, y en ambos casos, con reservas; pero en el resto no hay color. Como España ha jugado con «9» y sin él, el canje con Balotelli sería un albur. El verdugo de Alemania ha fallado más goles de los que ha metido, es más raro que un perro azul marino y más complicado que el Cubo de Rubik. Sólo ha marcado un gol más que Torres –también ha jugado más partidos–, Cesc y Alon-so, dos cada uno. En la defensa, Balzaretti o Maggio no son mejores que Arbeloa, y en cuanto a Piqué, Ramos y Alba, no cabe parangón con Bonucci, Barzagli y Chiellini. En la media siguen perdiendo los italianos con De Rossi, Marchisio y Montolivo frente a Busquets, Alonso y Silva. En cuanto a Cassano, no resiste la comparación con Iniesta.

En la pelea de los equipos titulares, gana España; en la de banquillos, arrasa. No hay una selección con más fondo de armario que «La Roja», ni con más alternativas, ni con más posibilidades. Así, pues, si España es tan superior, ¿dónde está el quid de la cuestión? En una palabra, sólo una: fútbol. A la final han llegado los dos mejores equipos. Del aspirante se dice que se ha españolizado y del campeón, que se ha italianizado. Es cierto que Prandelli ha plasmado la idea futbolística de su rival; pero no lo es que Del Bosque haya encerrado a su equipo. Le ha fortalecido en defensa y su única apuesta consiste en ganar, consciente, supongo, de que la condición física de alguno de sus hombres clave –Xavi, Silva...– no es la mejor. Un ejemplo de superación, contra Portugal. Por mucho que repita Cristiano Ronaldo que «La Roja» les ganó por suerte, lo indiscutible es que en la prórroga les barrió, con su estilo y jugando en campo contrario, la mejor prueba de que Del Bosque aprovecha al máximo sus recursos sin renunciar al origen.