Nueva York

Francia acoge con desagrado a DSK

Cuatro aciagos meses ha durado la pesadilla estadounidense de Dominique Strauss-Kahn. Ayer por fin regresaba a Francia, con una leve sonrisa en el rostro de cierto alivio y satisfacción, pero con la inquietud de quien todavía tiene cuentas pendientes con la Justicia francesa por otro caso de agresión sexual y tras ser «corneado» por un «affaire» político-judicial que ha dejado su imagen y su credibilidad seriamente melladas.

La atención mediática que despertó el regreso de DSK a Francia fue evidente desde el momento en que llegó al aeropuerto de París
La atención mediática que despertó el regreso de DSK a Francia fue evidente desde el momento en que llegó al aeropuerto de Paríslarazon

Quizá por eso, entre la espesa nube de fotógrafos, cámaras y periodistas que ayer le aguardaban en el aeropuerto Charles de Gaulle, a donde llegó con un hora y media de adelanto, no se encontraba ningún socialista. Tampoco los había a las puertas de su casa en la exclusiva y céntrica plaza de los Vosgos de París. A excepción de Jack Lang, compañero de partido pero también vecino, que fue seguramente de los pocos que celebraron con cierta euforia el regreso del que hasta hace sólo unos meses era «el elegido».

En este tiempo DSK ha pasado de ser la esperanza del socialismo francés al amigo incómodo al que se aprecia, pero en la distancia. Un lastre para el Partido Socialista, que ha tenido que reconstruirse en la urgencia e imaginar su futuro sin el que consideraban «el mejor» de entre los suyos. Y no extraña que los primeros en desmarcarse hayan sido los principales candidatos a las primarias socialistas del próximo mes de octubre, a los que el mismo DSK hubiera debido afrontar en su carrera por el Elíseo.

Si François Hollande prefiere «no participar en este culebrón», Arnaud Montebourg espera las «excusas» de DSK y que después «guarde silencio». Mientras, Martine Aubry, número uno del partido y candidata de sustitución en virtud de un tácito pacto acordado con Strauss-Kahn antes del escándalo Sofitel, no ha tardado en pedirle explicaciones. «Cuando ya esté en Francia tendrá que responder a nuestras preguntas», decía recientemente antes de asestarle un afilado alfilerazo. «Pienso lo mismo que muchas otras mujeres sobre la actitud que Dominique Strauss-Kahn tiene respecto a las mujeres». Una apenas sútil manera de darle a entender que en estos momentos ni él ni su apoyo son bienvenidos.

Y es que el retorno del ex director general del FMI a Francia plantea también su eventual regreso a la política. Algo que una amplia mayoría de franceses no vería con buenos ojos. Un 80% se opone a que DSK se reincorpore al proceso de primarias y un 57% no quiere que desempeñe ningún papel político de importancia, según varios sondeos realizados después de que la Justicia estadounidense abandonara los cargos contra DSK por agresión sexual y violación. Pero el socialista galo tendrá que explicarse sobre lo sucedido en la habitación del Sofitel de Nueva York ante la opinión pública gala y ante sus correligionarios. Aunque de momento sus allegados le recomiendan que se tome su tiempo, que respire, y sobre todo que no interfiera en la campaña de las primarias por el bien del partido.

Además, su horizonte judicial no está del todo despejado. En EE UU puede tener que hacer frente a un procedimiento civil, mientras que en Francia le espera la denuncia de la periodista Tristane Banon por un presunto intento de violación en 2003. «Que haya regresado es una buena noticia. Ahora podrá responder a las preguntas de la Policía», decía ayer Anne Mansouret, madre de Banon y compañera de partido, que tachaba de «indecente» la polvareda mediática levantada por el retorno del político. Un revuelo que no dejaron de criticar varios de los «tenores» de la UMP de Nicolas Sarkozy, justo el día en que la formación conservadora clausuraba su campus de verano en Marsella.
El futuro de DSK es una cuestión de tiempo y de oportunidad. Y para diseñar el calendario no ha tardado en rodearse de un buen equipo de asesores de imagen.

Primera entrevista

Strauss-Kahn hablará en una entrevista en televisión, en el telediario de más audiencia del país, en el canal privado «TF1», según informó ayer Efe citando fuentes del entorno del ex dirigente del FMI. La intervención, que presumiblemente tendrá lugar el viernes, podría correr a cargo la periodista Claire Chazal, conocida por su animadversión hacia los rumores y por no inmiscuirse en la vida privada de sus invitados.