Nueva York

Túnez: de la revolución a la pasarela

La Semana de la Moda, que se celebra en la capital tunecina, es uno de los primeros grandes eventos que tiene lugar tras la salida de Ben Alí - El diseñador Custo ha sido uno de sus "padrinos".

CUSTOBARCE
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En Túnez, es tradición que el anfitrión, una vez que sus invitados han abandonado su casa, arroje un poco de agua en el umbral de la puerta. ¿El motivo? Que algún día regresen. Éste es precisamente el deseo de todo el país: que todos los que lo han visitado, vuelvan. Y es que no hay bien que por mal no venga. En una nación donde el turismo representa un 14 por ciento del PIB, las revueltas que originaron la caída del presidente Ben Alí no han sido precisamente un reclamo.
Por ello, y con el objetivo de mostrar al mundo una imagen de normalidad (y, sobre todo, de seguridad), cobraba especial importancia la celebración de la tercera edición de la Tunez Fashion Week (Semana de la Moda en Túnez), que ha tenido lugar del 13 al 16 de abril, y en la que las autoridades han puesto un especial empeño. Más allá de un evento social, la cita ha servido para demostrar que el país no ha perdido ni un ápice de su embrujo.
 
El Acropolium de Cartago, recinto donde se ubica la neobizantina Catedral de San Luis, acogió el evento. Y mientras, las calles de la capital tunecina "suenan"de forma diferente: el "rap", uno de los géneros musicales más críticos con el sistema, ha vuelto a tener el protagonismo urbano que había perdido. Pero hay más. "Antes, los jóvenes sólo hablaban de fútbol. Ahora, también hablan de política", afirma Walid, precisamente, uno de esos jóvenes que tanto peso han tenido en los últimos meses. Fuentes diplomáticas también apuntan a este nueva ola: "La juventud sigue igual de comprometida que cuando estalló la revolución, sólo que ahora luchan para que la democracia se asiente".
 
Pero no todo son ventajas. Sólo hay que ver las calles de ciudades costeras tan visitadas como Hammamet, abarrotadas a estas alturas del pasado año. Los vendedores que van a la caza del turista se encuentran extrañamente desocupados. "La gente no está viniendo a Túnez porque se creen que la situación es la misma que la de Libia", dice Walid, en referencia a los ataques que se están produciendo en el país vecino. La revolución en Egipto tampoco ha ayudado. "Nos ponen a todos los países arabes en el mismo saco", añade.
 
Nada más lejos de la realidad. De hecho, la Semana de la Moda ha sido una inmejorable ocasión para demostrarlo. Entre los invitados, la auténtica estrella ha sido el diseñador Custo Dalmau, que ha mostrado en Túnez los mismos tonos suaves y neutros que presentara en la Fashion Week de Nueva York. "Ha sido un acto de solidaridad con el nuevo Túnez. El país ha vivido una revolución muy corta pero intensa", afirmó el diseñador catalán a LA RAZÓN.

Custó aceptó la invitación ofrecida por la organización del evento. Pero también acudieron autores franceses, neoyorquinos y tunecinos. Y alguno de estos últimos hizo de su creatividad toda una reivindicación: uno de los modelos, ataviado con ropa de mujer, desveló que era un hombre al descubrir su rostro en el último momento. Todo el público rompió en aplausos. ¿El motivo? Supuso una alusión directa a la homosexualidad, orientación sexual muy criticada durante el mandato de Ben Ali. Mientras, Custo se sirvió para la ocasión de modelos tunecinos, que lucieron su habitual "look"urbano a la par que informal.

El adiós final del diseñador junto a sus modelos, lejos de una despedida, fue un saludo a ese "nuevo Túnez"que poco a poco sigue abriéndose camino hacia la democracia. Pero, antes de hacer justicia, antes reclamar el regreso de Ben Alí -"queremos que devuelva el dinero que ha robado", afirma otro joven- el desafío se centra ahora en demostrar al mundo que el país es seguro. Una nueva constitución, unos candidatos que acepten la decisión del pueblo, la creación de un parlamento que lleve el peso político... Las elecciones legislativas de julio (las primeras realmente libres en los últimos lustros) supondrán el "chequeo"definitivo para el país de "Las mil y una noches".