Izaskun Lesaca e Iratxe Sorzábal reorganizan ETA para después del 22-M

Dos mujeres, Iratxe Sorzábal («aparato político») e Izaskun Lesaca («logístico-militar») se encuentran al frente de la banda. Son las que han diseñado los planes, que se pondrán en marcha tras los citados comicios.

Mayor polvorín
El desmantelamiento, en la madrugada de ayer, de la célula denominada «Erreka», ha supuesto la mayor incautación de explosivo a ETA en España: 850 kilos de nitrato, 13,5 de pentrita y detonadores. Con la mezcla de otros materiales, habrían permitido montar una bomba como la que destruyó uno de los aparcamientos de la Terminal 4 de Barajas.

Tras la detención, el pasado 10 de marzo, de Alejandro Zobarán, «Xarla», y Mikel Oroz, «Peru», la dirección de ETA ha sido confiada a Sorzábal, que ya formaba parte del «comité ejecutivo», y a Izaskun Lesaca. Según las citadas fuentes, controlará los «aparatos» «militar» y «logístico». La unificación de estas dos secciones obedece a la necesidad de simplificar el organigrama y hacerlo más operativo, dadas las dificultades de todo tipo por las que atraviesa la banda.

La desarticulación, a primeros de marzo, del «comando Otazua»; ahora, la del «Erreka»; la grave acción criminal cometida el pasado fin de semana en Francia por dos pistoleros, dependientes de Izaskun Lesaca, que no dudaron en tirar a matar a los gendarmes que trataban de detenerles; los últimos documentos internos de Batasuna, revelados por LA RAZÓN en su edición de ayer... demuestran que ETA y su entramado no se han planteado en ningún momento la desaparición.

Escenificación
La cascada de comunicados de Bildu, Sortu y la llamada Izquierda Abertzale, compitiendo entre sí para ver quiénes se muestran más críticos y agresivos con ETA, no pasan de ser una escenificación, pactada en su día con la propia banda, para frenar el efecto que podrían producir en la Justicia «accidentes» como el intento de asesinato de dos gendarmes; o el desmantelamiento de «comandos» plenamente operativos.

El hallazgo por la Guardia Civil del arsenal que escondía el «Erreka», en el caserío «Olalde» de Legorreta, en Guipúzcoa, ha supuesto un auténtico mazazo a toda esa estrategia de «buenismo» y victimismo que habían desarrollado en las últimas horas las organizaciones que ETA ha puesto en marcha para colar sus candidatos en las elecciones de mayo. Los casi 900 kilos de material incautados triplican al intervenido durante todo el año pasado.

Este grupo estaba formado por los hermanos Aitor e Igor Esnaola Dorronsoro. Fue creado en 2001 por el cabecilla Juan Antonio Olarra Guridi, «Otsagi». Tras su detención, pasó a ser controlado por Ibón Fernández Iradi, «Susper». En la agenda de ambos individuos había referencias a citas con los miembros del "comando".

La pista del «Erreka» aparece de nuevo en 2007, tras el arresto en Francia de José Antonio Aranibar, (uno de los «lugartenientes» de Garikoitz Azpiazu, «Txeroki») al que se le intervinieron papeles en los que hablaba de la célula. La última vez que se encontró el nombre del grupo fue en la operación, desarrollada por la Guardia Civil contra «Halboka», el «aparato» de control de los presos de ETA. La célula había perdido el contacto con «Lohi» (el «aparato de logística») y pretendía recuperarlo a través de los abogados del entramado de la banda.
 

Dos mujeres al mando

Izaskun Lesaca: «Aparato logístico-militar»
De 36 años, es natural de Pamplona. Como casi todos los terroristas, inició su andadura criminal en Jarra (después llamado Haika y Segi) y fue detenida. Desde 2005 pesa contra ella una orden internacional de busca y captura.

Iratxe Sorzábal: «Aparato político»
De 37 años, fue portavoz de Gestoras Pro Amnistía. Detenida en Francia en noviembre de 1997, cumplió una condena de dos años y fue entregada a España, donde quedó en libertad. Desde hace años está de nuevo en la clandestinidad.