Entre ofrendas florales chulapas y protestas

Un día dedicado a la Virgen de La Paloma. Devoción y ambiente castizo en el corazón de Madrid para rendir homenaje a la patrona oficiosa de los madrileños. La tradición manda y la jornada transcurre siguiendo unos ritos que comienzan con la ofrenda de flores con la que los madrileños agasajan a su Virgen. Después de la misa, los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid «bajaron» el cuadro con la imagen de La Paloma.

Este año, lo ha hecho un representante de estos profesionales sin el uniforme reglamentario a causa del conflicto laboral que mantienen con el Consistorio, según informa Efe. El alcalde se acercó a saludar a los representantes del cuerpo de bomberos que, sin embargo le increparon a la salida de la solemne misa. Tras los actos religiosos, Gallardón se acercó como hace cada año a un bar cercano a la iglesia y charló con los vecinos en un ambiente distendido. Ya por la tarde, las calles más castizas del centro acogieron el paso de la procesión de La Paloma que animó la tarde madrileña al ritmo de tambores y cornetas y que puso fin a una semana de festejos.