Cataluña

Estrella Morente: «Espero que vuelva un Lorca para poder votarle en las próximas elecciones»

Estrella Morente/ Foto: Luis Díaz
Estrella Morente/ Foto: Luis Díazlarazon

Junto a la Orquesta de Cadaqués, le queda mucho «Amor brujo» por delante. La última parada del verano ha sido en El Escorial. Una vez más, el éxito la acarició con su mantón de hilo bordado. Ha hecho suya a la atormentada gitana Candela con fuerza titánica y exquisitez de matices, escorando histrionismos y tópicos raciales que rodean la iconografía del personaje. Antes de la actuación, compartimos «un ratito» de camerino.

-Una mujer como usted en «un Escorial» como éste, tan cuna de reyes.
-Llevo sangre de reyes en las palmas de mis manos... la de los gitanos (risas). Como Candela en el «Amor Brujo», que represento junto a la Orquesta de Cadaqués.
-¿Qué le aporta la guitarra de su tío Montoyita?
-El bienestar, la chispa, la emoción y el riesgo de un directo en toda regla.
-Zambras, alegrías, tangos, bulerías, ¿hay un palo para cada artista y un artista para cada palo?
-No lo sé. Lo que sí tengo claro es que ningún artista debería recibir un palo por no saber otro.
-Trueba y Saura contarán con usted para sus próximos proyectos, ¡se va a salir del mapa!
-Si me saliera del mapa en algún momento iría a Las Palmas de Gran Canaria, las Islas Baleares o Tánger. Por lo demás: trabajo, trabajo y trabajo es lo que firma cada paso en mi carrera. Por cierto, cada vez me gusta menos salir de España.
-Eso de que «Trueba es su casa» le ha quedado muy poético.
-Yo entiendo en Fernando lo que nosotros queremos ser en mi casa, y quien le conozca, seguro que siente como yo.
-A usted le dejan hacer versiones impensables, como Gardel por bulerías, y sale indemne, ¿es obra y gracia suya o de Almodóvar?
-Es obra de la magia del arte. Además no soy la primera que lo ha hecho ni la última. He escuchado al maestro Chano Lobato cantar «Volver» transformado, de forma natural y sentido, por bulerías de Cádiz.
-Me dijo un maquillador que las conoce –a «Pe» y a usted– que no ha visto a nadie «emular» tan bien a otra persona.
-El gesto que tuvo de estar la primera en el estudio y meterse conmigo en la pecera dice mucho de una artista. Observaba los movimientos y gesticulaciones del tema y terminó emocionándose. A mí me sobrecogió, y aún más cuando vi la secuencia del «playback». Impactante.
-Cuando se ponen en pie tres mil personas en el Carnegie Hall, ¿en qué se piensa?
-En que la vida es una balanza que hay que andar compensando con esfuerzos y respiros que suponen, por ejemplo, éste, y que reconforta la ilusión y la afición.
-Cuentan que usted de timidez nada, que ni la conoce «porque no vale para nada».
-Sí, la cara siempre «p'arriba» y los ojos abiertos. A mí el color que más me gusta es el blanco, y aunque soy noctámbula, la luz del día es mi salvación.
-Hija de cantaor y bailaora, con un tío cantaor y un abuelo guitarrista, ¿no podía escaparse a su destino? Y eso que quería ser misionera.
-Siempre le escuché decir a mi padre que los poetas y los misioneros son los auténticos héroes del mundo, los que salvan, los que ayudan a las almas y a las personas. Y, por supuesto, creo en el destino.
-Para colmo, se casa con un matador... ¿Estrella tenía su «estrella» marcada?
-He tenido la suerte de tener una familia que me enseñó a distinguir entre lo bueno y lo malo, aunque haya seguido haciendo muchas cosas malas. También he tenido la fortuna de encontrarme con alguien que correspondía al perfil de la persona de mis sueños. La perfección hecha hombre con sus virtudes y defectos: Javier Conde.
Avanzar sin codazos
-¿Qué hace para encandilar a los flamencólogos más puros y a rockeros como Lenny Kravitz?
-La obra de uno debe estar marcada por la personalidad y la diferencia. Seas mejor o peor, lo importante es ser natural y transparente, es la única manera de no prometer nada que no puedas cumplir.
-De usted, me dijo Alejandro Sanz, que todo lo que salía de su boca era gloria bendita.
-A gloria saben sus canciones y sus letras: le gusta disfrutar y sabe exaltar a los demás como los auténticos grandes.
-¿Qué se hace para que todo el mundo hable bien de usted?
-Ummm... ¡Yo creía que eso sólo se pensaba de Lola Flores! (risas) En serio: a Lola la querían todos y siempre me llamó la atención eso: que todo el mundo hablaba bien de ella a pesar de ser una mujer con carácter, que no se callaba ni una. Yo sólo intento avanzar y dar lo máximo en mi carrera sin dar ni un solo codazo, que no es poco.
-Su padre me dijo que era gitano «cuando le daba la gana», ¿usted también viene y va?
-Eso le dije yo a mi hija a la salida del teatro tras representar el «Amor Brujo» en el Grec, cuando me preguntó: «¿Mamá, tú eres gitana?», y le respondí: «Sí...cuando quiero».
-Además de una gran voz, hay que saber moverse en el escenario.
-No entiendo el cante sin un comportamiento en el escenario que, aunque sencillo y fuera del teatralismo, engrandezca y ayude a convertir en inalcanzable, tanto las tablas de un escenario como un simple tablao.
-Lejos de la silla de anea, el moño, los volantes y las ondas, ¿a qué dedica su tiempo libre?
-A pintar y a criar a mis hijos; a cuidar mis geranios y mis rosas, mi yerbabuena, a cuidar a Javier, a escuchar a mi padre.
-¿Arregla enchufes, hace marquetería, pinta...?
-Todo lo que has dicho y lo que se presente. Hay que estar «prepará», es la mejor herencia para tus hijos.
-¿Me recomienda un libro para leer este verano?
-La Biblia.
-¿Y un guisito? Que le haya enseñado su madre, que tiene manos de ángel «p'a los pucheros».
-Papas en ajopollo.
-Hemos tenido un invierno político de aúpa ¿Cómo se ve desde «Graná»?
-Lo he vivido desde Málaga, desde El Limonar, mirando al mar y esperando que vuelva un Lorca, o alguien parecido, para poder votarle en las próximas elecciones.
-¿Se ha enterado que han prohibido las corridas de toros en Cataluña?
-Yo me siento tan... desilusionada y tan desprotegida, que cualquier defensa a favor de la fiesta me sobra. Es algo tan grande y tan trascendental que en el 2010 no esté prohibido prohibir, me suena triste, un paso atrás en la supuesta democracia. Prefiero guardarme lo que siento y seguir buscando serigrafías, grabados, pinturas que en su momento realizaron grandes como Picasso, Goya, Romero de Torres, Alberti, Unamuno, Falla, Lorca...
-He agotado su tiempo. ¿Nos «echamos» una cervecita?
-¡Venga! Y a ver si Dios quiere y sale el «Amor Brujo» como yo quiero y nos tomamos la pócima mágica.


Al compás desde la cuna

Y salió como ella quería. Es igual de creíble interpretando la angustia de «La canción del amor dolido» como el colofón de «El fuego fatuo». Y no es menos verosímil en la cercanía. Cuentan las leyendas que la niña Morente movía la cuna al compás de seis por ocho, por lo que a nadie le pilló desprevenido que terminara pisando los escenarios, sobrecogiéndonos con su cualidad mestiza del cante, sus hermosos melismas y la elocuencia de sus silencios. Todo lo ha hecho despacio: recogiendo emociones en el camino, deslumbrando a los puristas y arañando nuevos adeptos para esa noble religión del cante. Reguapa, divertida y arrolladora... Es algo más que un pedacito de su padre: es una poeta de las tablas cuya voz muerde por su calidad.