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Pekín

Los «principitos» intocables

Hijos de los revolucionarios de Mao copan centros de poder sin mérito alguno

«EL GRAN TIMONEL». El nieto de Mao Zedong es el general de división más joven del Ejército Popular de Liberación
«EL GRAN TIMONEL». El nieto de Mao Zedong es el general de división más joven del Ejército Popular de Liberaciónlarazon

PEKÍN- A sus 43 años, Mao Xinyu es el general de división más joven del Ejército Popular de Liberación. Pesa más de cien kilos, se presenta a menudo en público con el uniforme arrugado y es incapaz de hilar tres frases seguidas sin decir una estupidez. El año pasado, los censores tuvieron que esforzarse por contener la avalancha de chistes que se propagaron por internet a cuento de unas fotografías que reflejaban su penosa caligrafía, una habilidad a la que la cultura china otorga mucha importancia. «Si su abuelo viese cómo escribe, lo mandaría ejecutar sin pensárselo», decía uno de los internautas. No era tantouna broma como una pertinente observación: Mao Xinyu es nieto de alguien con poca paciencia con sus subordinados y a quien los libros de historia responsabilizan de la muerte de decenas de millones de personas, el «Gran Timonel», Mao Zedong. Entre los asistentes al XVIII Congreso del Partido Comunista que se celebra estos días en Pekín, hay decenas de «principitos» como su nieto: hijos de viejas glorias, hombres y mujeres sin mérito profesional alguno pero con una carrera fulgurante gracias a su apellido.

Por poner algunos ejemplos de los que participan en el Congreso: Deng Pufang, hijo de Deng Xiaoping (el «Pequeño Timonel» yfundador de la China contemporánea), Liu Yuan, hijo de Liu Shaoqi (jefe del Gobierno en los años 60), Chen Yuan, hijo de Chen Yun(vicepresidente y el director de la economía del país durante décadas), o Li Xiaopeng, hijo de Li Peng (presidente durante una década y uno de los «carniceros de Tiananmen»). Un porcentaje abrumador de las grandes familias que hicieron la revolución con Mao han colocado a sus descendientes en la cadena de mando. Y muchoschinos están convencidos de que razonan así: los más espabilados son enviados a las empresas estatales o el sector privado para hacerdinero, mientras que los menos dotados acabaron integrados en el aparato burocrático, el Partido o el Ejército. Los «principitos rojos» estudiaron en las mismas escuelas, se frecuentaron de jóvenes y llevaron una vida parecida. Y aunque muchas familias fueron represaliadas en alguna de las muchas purgas ejecutadas por Mao, desde los años 80 han empezado a recuperar terreno y a copar puestos en la cúpula. Algunos son realmente brillantes, yaque tuvieron la oportunidad de formarse mejor que el resto de suscompatriotas (a menudo en el extranjero) y vieron cómo funciona el poder desde dentro. Ahí están Xi Jinping (llamado a convertirse en Secretario General del Partido la próxima semana) o Bo Xilai (el ex miembro del Politburó caído en desgracia en un cinematográfico escándalo la pasada primavera).

El resto, como Mao Xinyu, son un lastre para el país y consiguen medrar gracias al apellido y las lealtades en el Partido para con sus familiares. La endogamia de estas «familias revolucionarias» choca con las llamadas a la «meritocracia» que suelen hacerse últimamente en los discursos del Partido, algo que se encargó de subrayar Hu Jintao este jueves durante la apertura del Congreso. El presidente representa, de hecho, la otra cara de la moneda, la de aquellos que escalaron desde abajo y llegaron a lo más alto sin pertenecer a la «aristocracia» roja. Tanto Hu, como el primer ministro, Wen Jiabao, crecieron en familias relativamente pobres y se fueron abriendo hueco desde lamilitancia, gracias a su brillante expediente académico y su trabajo en los cuadros del Partido y la administración.