Conciliación

Nuevos aires para el tabaco

Nuevos aires para el tabaco
Nuevos aires para el tabacolarazon

MADRID- Hoy cuesta imaginar que, hace apenas un año, el humo campaba a sus anchas en bares, restaurantes y discotecas. Sin embargo, ¿han dejado realmente de fumar los españoles a raíz de la puesta en marcha de la Ley Antitabaco? La respuesta es negativa. No sólo los fumadores mantienen el hábito, sino que el número ha aumentado un 0,5 por ciento, lo que supone que el 17,65 por ciento de los españoles fuma. Y como media, 12 cigarrillos al día. Así lo revela el primer estudio sobre tabaquismo realizado tras la puesta en vigor de la ley el 1 de enero de 2011, y que ha corrido a cargo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ). Una encuesta realizada el pasado año a 3.300 españoles y que es fruto de la comparativa con dos estudios previos realizados en 2005 –año en el que entró en vigor la ley que prohibía fumar en los centros de trabajo– y en 2007.

Con todo, el sondeo de la Separ se ha centrado en los fumadores pasivos, aquellos que inhalan humo en contra de su voluntad. En este sentido, la ley «sí que ha dado efectos positivos», como reconoce Juan Ruiz Manzano, presidente de Separ: hace cuatro año, el 37,8 por ciento de los españoles estaba expuesto al humo del tabaco, mientras que ahora la cifra se ha reducido al 21 por ciento. Por desglose, en los hogares, el 8 por ciento de los españoles son fumadores pasivos; en los centros educativos, suponen un 6,3 por ciento; y en los centros de trabajo, un 6 por ciento. Con todo, como recordó Carlos Jiménez Ruiz, coordinador del grupo de tabaquismo de la Separ, «el 51 por ciento de los menores de 13 años sufre el tabaquismo pasivo en su hogar». ¿El perfil de los afectados? Hombre, de entre 34 y 35 años, que vive en una ciudad de más 50.000 habitantes y que inhala humo principalmente en el hogar –431 horas al año–, discotecas y salas de fiesta –243 horas– y en el trabajo –229 horas–.

Ineficaz
Juan Antonio Riesco, vicepresidente neumólogo de la Separ, destacó que, en ese aumento del 0,5 por ciento de la población fumadora, «el estrato que más ha crecido es el de la población de entre 13 y 40 años». Y, concretamente, afirma, «ha aumentado la incorporación en la franja de edad que va de los 13 a los 16 años». Algo que la Separ considera «preocupante». «La ley no ha tenido impacto en la prevalencia del tabaquismo ni para prevenir el inicio del consumo, que sigue creciendo entre los jóvenes», añadió. En cuanto al consumo continuado a lo largo del tiempo, destaca el hecho de que los hombres lleven más tiempo fumando que las mujeres: 21,4 años de media, ellos, y 17,9 años ellas.

Con todo, ¿qué empeño han puesto los españoles a la hora de dejar de fumar coincidiendo con la nueva ley? No mucho. Uno de cada tres fumadores lo intentó, pero sólo lo logró un 6 por ciento; de estos, el 14 por ciento resistió menos de 24 horas y el 72 por ciento aguantó un mes. Además, sólo uno de cada diez de aquellos que intentaron desterrar el hábito recibió ayuda médica para lograrlo.

«El tabaquismo es una enfermedad adictiva, crónica y recurrente, así como la primera causa de enfermedad y mortalidad. Por eso, es imprescindible que el fumador disponga de los recursos asistenciales adecuados y pueda acudir a su médico para que aumenten las posibilidades de éxito», avisó el neumólogo.

Norma conocida
Curiosamente, fumadores y no fumadores aplauden la puesta en marcha de la ley. En el caso de los primeros, dan el visto bueno el 65 por ciento, aunque, por otro lado, uno de cada diez asegura no conocer la ley. Y, como no podía ser menos, los segundos la apoyan en un 93 por ciento.

Es más: según la Separ, siete de cada diez fumadores aseguran que no han dejado de acudir a bares en los que ya no se permite fumar, mientras que el 13 por ciento de la población general afirma que acude más a estos locales. Resultados similares se registran en restaurantes, a los que el 74 por ciento de los fumadores no ha dejado de acudir, y discotecas, que siguen siendo frecuentadas por el 64 por ciento.

Ahora bien: si la ley se ha mostrado insuficiente a la hora de reducir el número de fumadores, ¿qué medidas serían necesarias? Para Riesco, «la medida más eficaz sería aumentar el precio del tabaco». Y es que, recordó, «mantenemos uno de los precios más bajos de la Unión Europea. En cuanto a una hipotética ilegalización del consumo, desde la Separ afirman que «no nos gustan las prohibiciones». Pero, «si un producto como el tabaco tuviera que ser aprobado para su consumo justo ahora, en el siglo XXI, no pasaría el control de ninguna agencia».

 

El humo continúa en los discotecas

-Los datos recopilados por la Separ apuntan a que un 11 por ciento de los españoles ha sido fumador pasivo en salas de fiestas y discotecas.

-Además, el 7 por ciento asegura que ha inhalado humo en bares y
un 3 por ciento en discotecas.

- «Las autoridades sanitarias deben velar por el cumplimiento de la ley. Y la población tiene que hacer valer su derecho a un espacio libre de tabaco», dicen en la Separ.