Bruselas

La UE no revisará la Posición Común sobre Cuba

A los ministros de Exteriores de la UE se les acumula el trabajo sobre la mesa para su próxima reunión el 31 de enero. Encabezando unas agendas que ya suelen llegar abultadas estarán dos temas peliagudos: Bielorrusia y Túnez. Con tal carga de trabajo, la opinión que iba a presentar la Alta Representante de la Política Exterior, Catherine Ashton, sobre la revisión de las relaciones con Cuba tendrá que esperar.

La Razón
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La británica no había concluido la propuesta que tiene que elaborar para los cancilleres europeos, quienes solicitaron, tras la liberación de 52 prisioneros políticos y las presiones de España, una revisión de las relaciones de la UE con el régimen de los Castro. Y el trabajo se alarga porque, en principio, los Veintisiete dieron de plazo hasta finales de octubre a la jefa de la diplomacia europea para presentar su informe, posteriormente pospuesto para enero, y ahora sin una fecha clara, pudiendo ser incluso marzo, según dicen fuentes de su entorno.

Las mismas fuentes dan casi por seguro que se mantendrá la posición común, que condiciona las relaciones entre La Habana y Europa al avance en derechos humanos y reformas democráticas.

El encuentro del próximo 31 no dejará de plantear dificultades para la ministra española, Trinidad Jiménez. Aunque se esperan sanciones para el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, por el fraude electoral y la dura represión de las manifestaciones del pasado diciembre –como defienden Alemania, Reino Unido, Suecia o Polonia–, nuestro país ha mantenido un perfil más bajo, e incluso cercano al tono conciliador de Italia. En el caso de Túnez, los europeos debatirán las posibles ayudas al nuevo régimen que emerja, con cierta mirada reprobatoria hacia Francia, Italia o España por la complacencia mostrada con Ben Alí hasta prácticamente el día de su caída. Nuestro país fue partidario de mejorar las relaciones con Túnez hasta otorgarle el Estatuto avanzado.


Apoyo a la democracia
La Posición Común sobre Cuba señala que «a medida que las autoridades cubanas avancen hacia la democracia, la UE prestará su apoyo al proceso» y estudiará el uso adecuado de la cooperación política y económica. Pero todo bajo la condición de que el régimen castrista lleve a cabo reformas para avanzar hacia la democracia y el respeto a los derechos humanos. Algo que todavía no ha ocurrido.