Estrasburgo

El PP europeo afea la «obsesión» de Moratinos con la isla

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, acude a Estrasburgo para hacer balance de la Presidencia Española de la UE en el Parlamento Europeo.

Las Damas de Blanco esperan que la visita de Moratinos a Cuba impulse la liberación de presos políticos
Las Damas de Blanco esperan que la visita de Moratinos a Cuba impulse la liberación de presos políticoslarazon

BRUSELAS- Mientras, el PP ha dejado ya claro por dónde piensa golpear al jefe del Ejecutivo: Cuba. De entrada, los eurodiputados del PP minimizaron las posibilidades de éxito de la visita del ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, a la isla, al tiempo que criticaron los regates que ha hecho a un encuentro con la disidencia y, en especial, con el periodista en huelga de hambre Guillermo Fariñas. Una decisión criticada por Antonio López-Istúriz, secretario general del PPE, la familia europea de los populares, para quien es «importantísimo» que el canciller español cambie su agenda y acuda a ver cómo está Fariñas.El cambio de la «posición común», que quedó fuera de las prioridades pactadas por PP y PSOE para el semestre, se ha convertido en una «obsesión» para Moratinos, según señala el eurodiputado popular Íñigo Méndez de Vigo, uno de los que tejió el documento base. Pero fue más allá al considerar que es «muy triste» que Moratinos no se reúna con Fariñas, quien inició su protesta precisamente tras la muerte de Orlando Zapata, el preso que falleció en febrero también por una huelga de hambre y que enterró casi cualquier esperanza de cambiar la posición durante la Presidencia española.En definitiva, los tímidos gestos ofrecidos por el régimen castrista tras la negociación con la Iglesia cubana sirvieron al canciller español para convencer a los europeos de que le dieran tres meses más, para ver si se traducía en una liberación masiva de los presos políticos. Hecho que no se ha producido.

La liberación masiva de presos. Ésta es la condición que los Veintisiete, sobre todo los más recelosos con Cuba, como Alemania, la República Checa o Polonia exigen para mover la «posición común» que condiciona el diálogo con la isla a un avance en los derechos humanos.