Ciencia y Tecnología

Adolescentes de hoy por Paloma Pedrero

La Razón
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Qué difícil lo tienen. Viven manipulados por todo tipo de información. Les llega por pantallas de todos los tamaños y colores. Pueden buscar cualquier asunto, duda, conflicto en sus máquinas. Pero, finalmente, su realidad en casa, en el colegio, en el parque, en su vida, es la de no saber nada y sufrir, como su edad propicia, ese dolor de no ser niño ni adulto en un mundo desnortado con más escaparates que juegos, con más exigencias y soledades que nunca. Según el último estudio del Injuve, recién salido del horno, por primera vez el paro y la incertidumbre laboral en el futuro se cuelan entre las mayores preocupaciones de los adolescentes. ¿Y cómo no? En su propia familia hay alguno que no tiene trabajo y no lo encuentra. No tener trabajo es una de las situaciones más humillantes que puede vivir cualquier ser humano. Porque es humano el buscarse las judías cada día, como hacen los animales. Y humano es dar de comer a la prole. Las chicas y chicos de hoy, dice el estudio, siguen teniendo el consumo como un valor principal. Lo tienen porque es lo que les transmitimos a través de los medios y de nuestra propia conducta. No tenemos tiempo para ellos, pero llenamos sus cuartos de maquinitas caras con las que pierden horas. Les hemos transmitido que cuanto más compres más vales. Pero ahora ya no se puede comprar tanto y ellos manifiestan preocupación por su futuro. Sin embargo, los niños que se sienten más felices son los que más tiempo comparten con sus padres y amigos, los que se saben queridos. Los que expresan que les gustaría ser buena gente y elegir la profesión. Y eso no es economía.