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Más cerca de la perfección

El Barça supera al Madrid de Di Stéfano (1960-61) al sumar su decimosexta victoria liguera consecutiva

Messi, junto al trío arbitral, después de que le entregaran el balón del partido por marcar tres goles
Messi, junto al trío arbitral, después de que le entregaran el balón del partido por marcar tres goleslarazon

BARCELONA- Hace 50 años, Miguel Muñoz dirigía a un equipo casi imbatible. Flanqueado por jugadores como Puskas o Gento, Alfredo di Stéfano lideraba a un Real Madrid que campaba a sus anchas en España y también en Europa. Aquel equipo vivió en la temporada 1960-61 las dos caras del fútbol. Por un lado, sufrió su primera eliminación en la ya vetusta, pero inolvidable, Copa de Europa después de un cabezazo del azulgrana Evaristo. Quizás espoleado por este inesperado traspié, el conjunto madridista encadenó una racha de 15 partidos de Liga seguidos ganando, desde la jornada 11 hasta la 25. Una marca que parecía imbatible entonces y que con lo que ha evolucionado el fútbol, sigue siendo sideral a día de hoy. Pero no imbatible.

Después de ganar seis títulos en un año, después de maravillar al mundo entero con un fútbol de ensueño, después de asombrar a todos con una cantera inagotable, después de lograr un histórico 2-6 en el feudo de su eterno rival y después de muchas otras gestas, el Barcelona de Guardiola se ganó ayer otro lugar privilegiado en la historia del fútbol español. El Atlético de Madrid se convirtió en la víctima ideal para superar antiguos traumas y sumar su victoria consecutiva en Liga, la número 16. Una marca lograda en color, pero que huele a blanco y negro.

El Barça no sólo ha superado el récord del Madrid de Di Stéfano, sino que también ha mejorado sus números, lo que aún tiene más mérito. Durante este periplo, los azulgrana han marcado más goles y recibido menos que los blancos entonces. Y si Di Stéfano y Puskas lideraron aquella racha, ahora ha sido Leo Messi el que ha liderado la carga de la brigada azulgrana con más fuerza aún, si cabe.

Lo que está consiguiendo el argentino esta temporada merece capítulo aparte. Después de su «hat trick» de ayer, Messi promedia más de un gol por partido. Tan sólo en la Liga, suma ya 24 goles, superando así a Cristiano Ronaldo en su lucha por el «pichichi» en todas las clasficaciones habidas y por haber. El papel del argentino resulta fundamental para entender los éxitos que está logrando este Barça.

El hambre de Messi parece inagotable. Su calidad cuando entra en el área rival está fuera de toda duda. Es el mejor jugador del mundo. Pero también es el primero en presionar, como le gusta a su entrenador. Ayer se ganó una ovación del Camp Nou después de pegarse una carrera de 60 metros para recuperar un balón en la frontal del área de Valdés. El Barça siempre quiere más y Messi, también.

El problema, por llamarlo de alguna manera, para el Barça es que ha convertido casi en una costumbre el batir récords en cada partido que juega. Muchas de sus marcas han pasado prácticamente inadvertidas entre tantas otras que ha logrado. Pero lo que consiguió ayer no quedará en el olvido porque supone batir una marca imbatible, si no fuera porque se superó ayer.

Junto al Barça y Messi, también Pedro buscaba su pedacito de gloria. Llevaba 6 jornadas seguidas marcando goles y ayer no pudo con De Gea. De hecho, no pudo con el Atlético ya que apenas disparó una vez a puerta. El canario se sacrificó por el conjunto y se olvidó de obsesiones individuales. Su cabeza ya está puesta en el Sporting.