Policía

Un cura esconde a la virgen y el pueblo se subleva

El paradero de la escultura de la virgen del Tallat, que el cura de Rocallaura (Lérida) se niega a revelar, mantiene enfrentados desde hace dos meses al capellán y a los vecinos de este pequeño municipio de la comarca de Urgell.

Esta virgen, de unos 25 centímetros de altura y de mármol, es muy venerada en la zona de la Vall del Corb y ha estado durante 32 años custodiada por una familia de Rocallaura, según ha explicado a Efe el alcalde de la localidad, Ramon Benet.

Sin embargo, el pasado mes de junio, una vez finalizada la época de peregrinajes, el capellán se negó a devolver la talla a esta familia con el pretexto de que debía permanecer en un lugar más seguro.

El problema es que el sacerdote se niega también a revelar dónde está ahora la virgen, lo que ha enervado a los vecinos, que reclaman conocer el paradero de la escultura, que tiene un gran valor sentimental para este pueblo de poco más de 80 habitantes.

Según Benet, el mosén, que hace trece años que oficia misa en Rocallaura y otros municipios de la zona, ha adoptado esta decisión "de forma unilateral"y aunque el pueblo ha intentado reunirse con él para saber los motivos por los que no ha devuelto la talla a la familia, éste "no ha querido dar explicaciones a nadie".

"Le hemos dado la opción de hablar y se ha cerrado en banda", asegura el alcalde, que señala que ni él ni nadie del pueblo ni del ayuntamiento tienen conocimiento del paradero actual de la escultura.

Contacto por Efe, el sacerdote Pere Lluis Ramón se ha negado a hacer declaraciones sobre el asunto. A unas personas, explica Benet, el sacerdote les ha dicho que la talla está en la iglesia, a otras que la tiene él y a otras que la custodia una familia que sólo conoce él.

Los vecinos de Rocallaura se sienten "engañados y burlados"y lamentan la "desconfianza"que el mosén está mostrando hacia el pueblo, que lo único que quiere es saber el paradero de su virgen.

"Nos trata como ladrones", lamenta Benet, que advierte que "el rector está de paso, pero la virgen es de aquí y se quedará aquí".

La cuestión es que los ánimos se han ido calentando en los últimos días y ayer se vivieron los momentos de mayor tensión, después de que los vecinos comprobaran que en la iglesia de Sant Llorenç, pese a ser el día de María, la escultura que se exhibía en la parroquia no era la del siglo XIV, sino una copia que puede verse el resto del año, según publica hoy el diario Segre.

Los vecinos, indignados, exigieron entonces explicaciones al párroco, que fue rodeado a la salida de la iglesia y perseguido hasta el coche por un grupo de vecinos, que se encargaron ellos mismos de llamar a la policía

Fuentes de la policía catalana han confirmado a Efe que no se produjo ninguna agresión ni se interpuso ninguna denuncia y que los agentes se limitaron a ejercer un papel de mediación entre las dos partes.

El capellán finalmente se marchó, aunque sin revelar el paradero de la Madre de Dios.