Alicante

Muere un matrimonio británico al desbordarse un barranco

Dos muertos y cinco heridos es el balance que dejó la inesperada lluvia, que no fue suficiente para ser torrencial.

En la imagen, miembros de los servicios funerarios ayer cuando trasladaron a uno de los fallecidos como consecuencia de la avalancha de agua en el mercadillo de la localidad alicantina de Finestrat
En la imagen, miembros de los servicios funerarios ayer cuando trasladaron a uno de los fallecidos como consecuencia de la avalancha de agua en el mercadillo de la localidad alicantina de Finestratlarazon

Alicante-Una repentina lluvia inundó ayer el mercadillo situado en el barranco de la turística Cala de Finestrat y provocó el desbordamiento de éste y la muerte de un matrimonio británico, un hombre de 72 años y su esposa, de 70, que paseaba entre los más de cien puestos de venta. Además, cinco personas resultaron heridas, pero ninguna de ellas de gravedad.

La pareja se encontraba en un puesto de cafetería, que con la avalancha de agua, fue golpeado por otro situado algo más arriba. La intensa corriente arrastró al matrimonio y al dueño, pero éste logró salir por sus propios medios. Según los testigos, los afectados se «agarraban a los palos» de los tenderetes para evitar ser empujados por la estampida de agua.

La crecida ocurrió cerca de las once y media de la mañana, momento en el que durante veinticinco minutos llovió ininterrumpidamente. Concretamente, cayeron 7,2 litros por metro cuadrado, una cantidad muy inferior a la mínima por la que la Agencia Estatal de Meteorología da aviso de riesgo por lluvias torrenciales o inundaciones, según comunicó el subdelegado del Gobierno en Alicante, José Pérez Grau. Circunstancia que, según él, hizo difícil prevenir la tragedia.

Sin embargo, los vendedores ambulantes sí que habían advertido de que el mercadillo de Finestrat podría convertirse cualquier día en el escenario de una desgracia. Criticaron, en numerosas ocasiones, la situación geográfica del mercadillo, en pleno barranco. Incluso en el entorno del mismo hay señales verticales donde se avisa del peligro de riadas.

El debate sobre el emplazamiento no es nuevo. En julio de 2010, la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) le abrió expediente sancionador al Ayuntamiento por realizar obras de asfaltado en el cauce del barranco de la Cala. Por esta acción le impuso una multa de 83.000 euros y le exigió que no ocupara el dominio público hidráulico hasta no tener la autorización.
El alcalde, Honorato Algado, explicó que el mercadillo cuenta con un seguro.