Berlín

Marta y el fisco en paz

Ha cumplido con Hacienda y parece probado que no hay blanqueo. Las cuentas de Andorra y Mónaco, sin movimientos desde 2008 y 2006. Nike le renueva su contrato

Marta Domínguez espera una resolución favorable, no se ha probado que haya blanqueado dinero
Marta Domínguez espera una resolución favorable, no se ha probado que haya blanqueado dinerolarazon

MADRID-Marta Domínguez ha entrado en su octavo mes de gestación, va a concebir a su primer vástago, conoce incluso su sexo –será niño–, pero ignora cuándo caerá el telón de la «operación Galgo», calvario que contribuye a que su embarazo sea de todo menos plácido. No obstante, de cuando en cuando recibe una buena noticia; por ejemplo, Nike ha renovado su contrato, no le da la espalda, permanece a su lado.

En fuentes cercanas a Marta se habla de que en la actualidad la atleta se encuentra inmersa en un «proceso artificial que se prolonga aunque las pruebas presentadas contra ella son inconsistentes». Tiene tres «frentes» abiertos en el juzgado. En el «caso del oro», la jueza espera que el laboratorio de la Agencia Española Antidopaje, el del CSD, determine cuál es el contenido del frasco que ya analizó la Agencia Española del Medicamento, cuyo resultado fue que no encontró ni clembuterol, ni nandrolona ni ninguno de sus derivados. Hace dos meses que está en su poder, no se demoraría más de una semana, «el análisis se puede hacer en una mañana y todavía no se ha efectuado».

Otro frente, la supuesta aplicación de un tratamiento antidopaje a Eduardo Polo, atleta amateur de 44 años, la «liebre» de Marta, a quien ésta ayudó con un remedio conocido por iontoforesis, a causa de sus problemas de tendinitis en un tobillo. Polo presentó las recetas ante la jueza. Pero resulta que hay un producto, scandinibsa, que se utiliza como anestésico, sobre todo para niños, que podría contener alguna sustancia contraindicada, dopante, según el prospecto del medicamento, que no coincide con la opinión de la AEA, que lo considera legal.

El tercer frente abierto es el «blanqueo de dinero» por sendas cuentas abiertas en Andorra y Mónaco. En la primera, con 45.000 euros, no hay movimientos desde 2008 y los intereses que genera se los come la gestión de la cuenta. En la segunda, con 37.000, tampoco hay movimientos desde 2006 y los intereses anuales ascienden a unos 200 euros.

No hay delito fiscal porque Marta Domínguez «no ha llegado ni de lejos» a tener unos ingresos de 250.000 euros anuales, y se considera fraude a partir de 120.000 euros. Tampoco ha sido el caso. No obstante, como en su declaración de ingresos de 2009 no incluyó el premio del campeonato del mundo de Berlín (alrededor de los 60.000 dólares) porque ella aún no lo había recibido, y aunque cotizó por ello en Alemania, también se ha puesto al día con Hacienda y ha regularizado su situación fiscal. La jueza tiene todos los papeles en su poder, incluidas sus declaraciones de la renta de los últimos cuatro años, la correspondiente declaración de bienes y su situación patrimonial.

Así las cosas, a Marta Domínguez se le ha abierto una investigación soterrada y paralela por la antigua «operación Puerto», destapada en mayo de 2006, aunque sobre ella no pesa acusación alguna de dopaje ni se ha podido demostrar su implicación bajo el epígrafe de Urco ni su relación con el doctor Eufemiano Fuentes. Pese a todo, Nike no ha perdido la confianza en ella. Es la mejor noticia que ha recibido en los últimos meses. Teme, con razón, que esta pesadilla va a dejar secuelas. Y cuando llegue a la meta final, sopesará si merece la pena exigir daños y perjuicios.


«Operación Infinita»
La «operación Galgo» –cinco bolsas de sangre detectadas, tres ampollas de «oro», un atleta (Bezabeh) indultado por su Federación– se desmorona y recobra vigencia la «operación Puerto», destapada en 2006 con pruebas irrefutables: 96 bolsas de sangre y 20 de plasma incautadas, ciclistas castigados e imputados vistos para sentencia. A Marta la «buscan» ahora por allí mientras llega la solución final, no antes de dos o tres años en el caso «Puerto», o la «operación Infinita». Declaraba en el «As» Albert Soler, recién nombrado secretario de Estado para el Deporte, lo siguiente: «Con la Ley Antidopaje hay que adaptarse al código Mundial Antidopaje. Y que las pruebas conseguidas por vía penal puedan ser utilizadas para sancionar administrativamente. Se trata de agilizar los plazos judiciales y reducir instancias para que no haya tanta diferencia entre los tiempos judiciales y los de la justicia deportiva». Ahí está el problema. Uno más.