Conflictos laborales

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La Razón
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Todos recordamos la huelga salvaje que sufrimos los madrileños en el Metro los días 29 y 30 de junio y la sorpresa que nos causó que Tomás Gómez defendiera a los sindicatos y culpara a Esperanza Aguirre por bajar 20 euros al mes los salarios de los trabajadores. Se olvidó o quiso olvidar que Esperanza aplicaba un plan de ajuste para la crisis, de acuerdo con el Decreto de Zapatero. Gómez, opositor eterno a ser candidato de la oposición podía haber tomado dos caminos: ponerse el traje de hombre de Estado o el de hombre sin sombra. Optó por el del radicalismo, jaleó la salvaje actuación de los sindicatos cuando tendría que haber estado del lado de los usuarios del Metro, que cómo ha dicho el Tribunal es un servicio esencial. Todo tiene un límite. En este mundo de sorpresas, resulta también curiosa la actuación de la Fiscalía ante las declaraciones del «ejemplar» líder del sindicato de conductores, Vicente Rodríguez, dejándole irse de rositas ante las bravuconadas amenazantes de «Vamos a reventar Madrid». La sentencia que sentará jurisprudencia, al declarar una huelga ilegal, contempla la posibilidad de que la Comunidad puede pedir una indemnización a los sindicatos por valor de casi seis millones de euros. ¿Se imaginan qué pasaría si lo hiciera? ¡Más que Madrid, ardería Troya!