Estreno
CRÍTICA DE CINE / «Nada que declarar»: Un histriónico De Funes
Dirección y guión: Dany Boon. Intérpretes: D. Boon, Benoît Poelvoorde y Julie Bernard. Duración: 95 minutos. Francia/Bélgica, 2010. Comedia.
Un pasito más allá que «Bienvenidos al Norte» para quedarnos en el más acá del humor: el humor que da pena, vaya. Boon está con- vencido de haber encontrado una mina de oro en los prejuicios de sus compatriotas y también de sus vecinos, esos belgas que en «Nada que declarar» son retratados como neandertales xenófobos. Dirá que su ánimo no es generalizar, porque también hay actitudes reprobables en algunos franceses que aparecen en la cin- ta, pero lo cierto es que él se reserva el papel del santo tolerante, y al cómico belga Poelvoorde le toca bailar con el más feo, una versión hiperhistriónica del gendarme que, años ha, popularizó Louis de Funes. Boon y Poelvoorde interpretan a dos policías de aduanas en los albores de la abolición de fronteras de la Europa comunitaria. Se enfrentan acentos, caracteres y tópicos asociados a cada país añadiéndoles un conflicto romántico que convierte a belgas y franceses en Montescos y Capuletos. El humor es grueso, y, en mayor medida que «Bienvenidos al Norte», tiende a perpetuar los prejuicios que denuncia. El filme tiene la profundidad sociológica de las peores películas de Landa.
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