Crítica de cine
«El verano de Martino»: Fallo en la playa
Director: Massimo Natale. Guión: Giorgio Fabbri. Intérpretes: Luigi Ciardo, Treat Williams, Matilde Maggio, Simone Borelli. Duración: 100 minutos. Italia, 2010. Drama.
Una playa es el lugar perfecto para encarnar la iniciación a la vida adulta de un preadolescente. Es el espacio que representa la mutabilidad de un carácter que es arena que se moldea a golpe de viento, una marea imprevisible. Por desgracia, Massimo Natale no ha sabido aprovechar las posibilidades metafóricas de su escenario, más allá del encuentro de nuestro protagonista, absorbido por su enfado con el mundo y por el amor que siente por la novia de su hermano mayor, con una amable figura paterna, un militar norteamericano (Treat Williams) que le enseña a surfear y que parece matar el tiempo debajo de un toldo, frente al mar. Natale intenta enriquecer la simpleza de su propuesta –que da justito para un corto– vinculándola con torpeza a un asunto mucho más serio, el atentado de la estación de tren de Bolonia donde murieron 82 personas el 2 de agosto de 1980. Si el objetivo era politizar la toma de responsabilidad que significa convertirse en adulto, la película fracasa, porque no sabe integrar lo macro en lo micro. Si el objetivo era poetizar la sensación de que todo pende de un hilo, de que de un segundo a otro, podemos morir, la película vuelve a fracasar: no sabe lo que significa el lirismo.