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Choque de masa y ley por Agustín García Calvo

La Razón
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Sentados los tres bajo el parral, pasándonos la ilusión de boca en boca, sigue Crista renegando: –¿Cómo lo más real, lo más evidente va a negarse? –¿Cuál quieres decir? ¿movimiento, luz, cambio…? –Eso, y cualquier cosa que, sin ella, no puede percibirse ni entenderse ninguna otra cosa, o sea que eso, movimiento por ejemplo, sería el fundamento mismo de la realidad. –Eso parece razonable, don Armando: ¿quién puede ver nunca una cosa inmóvil? ¿o una cosa que no cambia?. –Y sin embargo, vecinas mías, tampoco «móvil» o «cambio» dicen la verdad de la realidad: decir que es movimiento o cambio es volver a meter movimiento dentro de la realidad al mismo tiempo que meter la inmovilidad y estabilidad; pero se trataba de preguntar qué pasa con las cosas reales, y está claro que eso no puede ser ni lo uno ni lo otro, ni movimiento ni cambio. –¿Sino qué? –Pues eso: lo que declara que no es lo uno ni lo otro. –O sea… –Algo que está fuera, por debajo y por encima, de la realidad, que no sea cosa real ninguna, o ¿es que creíais que la realidad era todo lo que había? –Ya andábamos un tanto desengañadas, ¿no, Crista? –Sí, Queti. Pero vamos a ver, Armando: ¿qué es eso entonces?: ¿la contradicción? Y, si no es más que eso, ¿quién la dice?, ¿la razón? –Si pudiera ser eso, nada valdría; pero y ¿si lo dice lo otro, las cosas mismas, yo que no es nadie? –¿Es ése el que lo dice? –Ése, niña, no es nadie que se sepa. –¿Quién entonces? –No hay más remedio que arriesgarse. –¿A qué? –A que sea uno, falso, que nos engañe otra vez, o que sea ello, que no puede engañar, porque lo que ello hace no es más que lo que dice, y es lo que no es nada más que haberlo. –O, dilo de otro modo, hombre. –A ver: que hay cosas sin fin, que hay una ley de que lo que es sea lo que es, y que lo segundo trata de imponerse a lo primero. –Y eso, ¿sin distinguir cosas humanas, las que tienen su futuro, y otras cosas que no? –No antes de descubrir mejor cómo es que, así como la Realidad (el Mundo) es un invento de esa cosa que el Hombre ha venido a ser en su desarrollo, así también el Hombre mismo, esa cosa especial, se ha criado a partir de la Ley de la Existencia (contra «vida»), que necesitaba ya como una falta la Idea o Futuro de Sí mismo, que es lo que haría venir a imponerse el Tiempo Real o de Hombre. –Y ¿cómo puede entenderse eso? –Dejémoslo para que la noche nos lo refresque y nos traiga otro día. –A lo mejor ni hacía falta entenderlo: basta con que sea así.