Una batalla justa

Constancia y trabajo. El conseller de Gobernación, Serafín Castellano, ha demostrado el camino para el triunfo. Me refiero a doblegar la política discriminatoria del Gobierno de Zapatero hacia la Comunitat respecto a los chiringuitos playeros. El tesón y la insistencia para no rendirse ante una injusticia, ha hecho posible que, el martes, el Ministerio aceptara el mantenimiento de las instalaciones durante un año. Imagino que, durante este tiempo, se procederá al traspaso de las competencias, como sucede con Cataluña y Andalucía, para que sea la Generalitat valenciana la que tenga la capacidad legislativa sobre el asunto. Por más que pretendan frenar ahora, lotendrán complicado.
Por un lado, Serafín Castellano puede exhibir el éxito. Sin duda, lo es. Por otro, sin embargo, ahí queda el perjuicio ocasionado a los restauradores que derribaron las instalaciones y, ahora, resulta que podían haberse mantenido. ¿Quién les resarce de ese daño?. Tiene bemoles.
Hemos de reconocer que, esta vez, el conseller no ha estado sólo en la batalla. La alcaldesa Rita Barberá no ha parado de reivindicar la justicia. Y hasta Jorge Alarte ha aportado su granito de arena, en un acierto sorprendente para lo que por lo general suele aportar su partido. Así es la vida.