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El francotirador de Vicálvaro cazado

El francotirador de Vicálvaro cazado
El francotirador de Vicálvaro cazadolarazon

MADRID- Un joven de 21 años, sobrepasando lo que se considera una gamberrada propia de la edad, se dedicaba a disparar a sus vecinos con una pistola de aire comprimido. Desde su piso en Vicálvaro, el joven localizaba a sus víctimas a través de una mira telescópica y, cuando tenía fijado el objetivo, disparaba un balinazo a traición para luego esconderse. Lejos de realizar ningún proceso de selección, el detenido disparaba a cualquier transeúnte que se pusiera a tiro. La broma de este impertinente no causó ninguna gracia entre los vecinos de la zona, y mucho menos entre los afectados.

Para cuando el francotirador empezaba a regocijarse de lo que hacía a sus víctimas disfrutando de su buena puntería, el revuelo ya se había formado entre los habitantes del barrio, que se quejaron a la Oficina de Atención al Ciudadano de la Policía Municipal del distrito de Vicálvaro. Cuando recibieron la noticia de los ataques del francotirador, los agentes de la Policía desplegaron un dispositivo discreto de seguimiento y control en la zona para evitar la posible alarma social. Sin embargo, procedieron a cercar el lugar de los hechos lo antes posible para que no se produjeran más lesiones por parte de este gamberro.

Después de unos minutos esperando a que el individuo reincidiera, los agentes de la Policía Municipal localizaron finalmente la ventana desde la que el joven efectuaba los disparos, por lo que se apresuraron a subir al domicilio y detenerlo. El autor, un joven de nacionalidad española que responde a las siglas J.H.G., se declaró culpable de los hechos desde el principio y fue trasladado a las dependencias policiales de Vicálvaro.

La Policía Municipal intervino en el domicilio dos armas con las que presuntamente el joven disparaba a sus vecinos, además de un arsenal que constaba de varias cajas de balines de distinto calibre y una mira telescópica con la que ajustaba el disparo.

Fuentes policiales informaron de que la tenencia de este tipo de armas es relativamente frecuente entre los jóvenes, por lo que no es extraño encontrarlas en algunos domicilios. Lo que no es tan frecuente es que un joven de 21 años se convierta de pronto en un francotirador, alterando la tranquilidad de sus vecinos y de los viandantes que pasen por debajo de su ventana.

A pesar de lo sucedido, este tipo de pistolas de aire comprimido están reguladas en el Reglamento de Armas, que las encuadra en la cuarta categoría y establece que para tenerlas de forma legal se precisa de una tarjeta.