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Capello y Napoleón

La Razón
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Lunes, 10: F-1

Espionaje, mucho James Bond ó 007 sin permiso para espiar, compañerismo falaz, orgía de celos y envidias, hombres-anuncio (los pilotos con sus trajes preñados de etiquetas de marcas que tan dificultosamente se televén y se teleleen), el play-boy Flavio Briatore (hedonista y jocundo como Ramón Mendoza, aquel presidente del Real Madrid a quien tanto quise precisamente por jocundo y hedonista), los prototipos zurrándose, mucha CIA o FIA, y un hombre de oro en Renault, Fernando Alonso. La Fórmula-1 es todo eso. La próxima temporada, entre los James Bond, los pilotos-anuncio y la FIA o CIA, la telefiesta está superlativamente garantizada.

Martes, 11: Mediático

Las tres edades laborales del futbolista. Empieza dándole al balón, luego se hace entrenador (si vale) y finalmente, con suerte, acaba de articulista en los periódicos o de comentarista en la radio o en la televisión. Por ejemplo, Xabier (antes Javier) Azkargorta (antes Azcargorta). Azcargorta es observador, sabe estrujarse el magín y ve donde otros miran. Huye del tópico. Escribe hoy que «ha nacido el entrenador mediático. No importa que entrene bien o mal –matiza–, lo importante es que enganche en la televisión». Algo o bastante de razón ya tiene.

La televisión, con el hortera mercurio del «share» (el que manda, nos pongamos como nos pongamos), cualifica o repudia. Javier Clemente, en la radio o en la televisión, es como Arantxa (antes Arancha) Sánchez Vicario en el tenis, engancha. «En España, hoy, hay dos poderes: el de la televisión y el de La Moncloa, por este orden» (¿Dijo esto Rubalcaba? Creo que sí. Rubalcaba es inteligente y estas cosas sólo las discurren inteligencias maquiavélicas).

Miércoles, 12: Champions

La «Champions» es Europa y la Liga es España. Europa, «esa puta», que escribía Rafael García Serrano, tiene, como Sevilla, «algo». Europa coge a un peso «welter», que esto es futbolísticamente el Lazio, y lo muta en semipesado para que crezca y no se arrugue ante los pesos pesados como el Real Madrid. Europa, repito, tiene «algo» que vigoriza el bíceps competitivo de los plumas o «welters». Al Real Madrid, leo a los de la botella medio llena, le sobró un tiempo, pero en el tiempo «sobrero» el Lazio, pese a la desmoralizadora desventaja en el descanso (3-0), dio toda una magistral lección de amor propio en el segundo tiempo: no sólo no arrojó la toalla sino que le faltó un tris para transformar el 3-0 en un 3-2, lo que no ocurrió gracias, una vez más, al beatificable Iker Casillas.

–Me gustan los equipos compulsivos, aunque pierdan –oigo a la salida del estadio.

Jueves, 13: «Kubalita»

Si el estilo es el hombre, el medio radiofónico es el periodista-comunicador, o sea Juan Manuel Gozalo, o sea «Kubalita», o sea «Gozalito» o sea la galernilla rubia (ya más calva que rubia) del Cantábrico. «Crece considerablemente la audiencia de Radio Marca», leo. Lógico. La causa, «Gozalito». Entre las ocho y la nueve de la mañana, hora del afeitado y del coche, lo paso pipa rotando, como los entrenadores de fútbol, a Federico Jiménez Losantos (le escucho, sí: ¿qué pasa, pasa algo?) y a Gozalo. Federico es bravío y dice democráticamente lo que naturalmente gusta poco o nada, más bien nada, a los que indudablemente tienen de demócratas lo que Paquirrín de Robert Redford. En cuanto a Gozalo, sabe hacer radio. Sabe quitarnos las legañas del sueño con su peculiar estilo puntual, vivaz, achispado y coral. La radio es eso. Por eso triunfan Federico y Juan Manuel.

Sábado, 15: Imperial

Viaje relámpago a Londres. Capello en los periódicos. La imperial Inglaterra ha fichado al imperial Fabio Capello. Conversan dos londinenses. Pondera uno:

–Capello tiene una biografía gloriosa de oros, platas y bronces.

Le replica el amigo pesimista:

–También Napoleón tenía una biografía así y mira lo que le pasó en Waterloo.