
Pekín
China admite que está desarrollando armas espaciales
El «Ejército del Pueblo» se prepara para la carrera armamentística del siglo XXI, la que se disputará en el espacio.

El general Xu Qiliang, jefe de las Fuerzas Aéreas chinas, lo admitió abiertamente en una inusual entrevista publicada el lunes en un diario editado por los propios militares. Xu aseguró que «la competición entre fuerzas se mueve inexorablemente desde la tierra hacia el espacio y allí no hay fronteras. Allí sólo el poder puede asegurar la paz». Todo en un contexto en el que «China se convertirá en potencia mundial a mediados del siglo XXI y los intereses nacionales se expanden». La crudeza del razonamiento choca con la línea defendida hasta ahora en Pekín, que siempre ha intentado mantener bajo el perfil militar para no alertar al resto del mundo. En los foros internacionales,China se ha posicionado junto a Rusia en contra de la proliferación de armamento fuera de la atmósfera. Ambas potencias, muy atrasadas respecto a Estados Unidos, llegaron a realizar a principios del año pasado una declaración conjunta instando al Gobierno de George W. Bush a abandonar sus programas militares en el espacio. «Lo que pasa es que China siempre se ha opuesto a la militarización del espacio pero ningún país hace caso, así que por nuestra propia seguridad hemos decidido cambiar de opinión», declaró el general.Aunque no faltan los proyectos futuristas, la «guerra desde elespacio» es por el momento una cuestión de comunicaciones ycoordinación vía satélite. Un tratado internacional de 1967,ratificado también por EE UU, prohibió la ubicación de armas dedestrucción masiva en el espacio, así como la instalación de misiles.Pero lo que sí ha avanzado mucho en los últimos años son los usosmilitares de los satélites, una herramienta ya indispensable para el funcionamiento del Ejército estadounidense. Y, por supuesto, al tiempo que la información recogida desde el espacio cobra peso estratégico en el campo de batalla, la industria busca nuevas tecnologías para defender y atacar las estaciones que se desplazan sobre la atmósfera.No es la primera vez que China amaga con armarse para una guerra espacial. El 11 de enero de 2007 provocó un enorme revuelointernacional al destruir un antiguo satélite climático situado a 600 kilómetros por encima de la atmósfera utilizando un misiltierra-espacio.Con aquel acto, Pekín estaba probando armamento recién adquirido, pero al mismo tiempo demostró que tenía capacidad balística para acabar con estaciones espaciales. EE UU respondió con preocupación, olvidando que su propio Ejército posee armas parecidas, que fueron utilizadas por última vez en febrero de 2008 para derribar un satélite espía defectuoso. Diferentes informes difundidos por el Pentágono advirtieron en el pasado de que China desarrolla en secreto tecnologías militares destinadas a desactivar o destruir satélites en el caso de que estalle un conflicto armado. Pekín lo había negado hasta ahora pero las declaraciones del general Xu abren nuevamente el debate. Todo, un mes después de que la Administración Obama simplificase los trámites burocráticos y el control político impuestos a las empresas interesadas en vender tecnología espacial a China.El músculo militar de Pekín China está perdiendo el pudor a la hora de enseñar músculo militar. Coincidiendo con el 60 aniversario de la fundación de la República Popular y tras el impresionante desfile militar ofrecido, el Ejército del Pueblo ha ido revelando detalles sobre la renovación de su arsenal y la modernización de su armamento. Tal exhibición ha suscitado muchos recelos en Occidente, hasta el punto de que Pekín se ha visto obligado a reiterar que su programa es defensivo y que no supone una amenaza para nadie «y menos para EE UU», según dijo el general Xu Caihou tras una reunión con el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates. El Pentágono lleva años acusando a China de falta de transparencia en sus inversiones militares y de declarar una cifra muy inferior a la real. Aun con todo, al gigante asiático le queda mucho para ponerse a la altura del Pentágono: a pesar de que la inversión crece a más del 17% anual, el presupuesto del Ejército chino es entre tres y cinco veces inferior al de EE UU, según diversos cálculos.
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