Europa

Reforma laboral

Cuantos más contratos más paro

Cuantos más contratos, más paro
Cuantos más contratos, más parolarazon

En febrero, fue el país con mayor tasa de paro de la Unión Europea, según Eurostat. Un 15,5% de la población activa no tenía trabajo, casi el doble que en la Eurozona (7,9%) y cerca de seis veces más que en Holanda, el país con menor desempleo de la región (2,7%). Hace sólo unos días, el Instituto Nacional de Estadística dio a conocer las cifras correspondientes al mes de marzo, que presentan un panorama más que dramático: en España hay 3.605.402 parados, cerca de un millón más que hace apenas seis meses. Lo más sorprendente de la situación es que la normativa laboral de nuestro país es la que mayor número de contratos recoge de toda Europa. Según datos facilitados por el bufete Sagardoy, uno de los más prestigiosos de España en materia laboral, existe una docena de posibilidades de vincular la relación de un trabajador con la empresa. ¿Por qué tantas? «Puras razones de empacho legislativo», asegura Iñigo Sagardoy. Mucho ruido y pocas nueces Tradicionalmente, los intentos de reforma del mercado laboral se han limitado a la creación de nuevos modelos de contrato en la confianza de que a mayor número, mayores posibilidades de crear empleo. «En lugar de crear un nuevo contrato y eliminar otro, se sumaba a la lista». La realidad actual es que la tasa de temporalidad -un contrato nacido al amparo de la reforma de 1984, en plena reconversión industrial- es la más elevada de Europa y, al mismo tiempo, el paro no deja de crecer. Como ha señalado recientemente el Círculo de Empresarios en un informe, las consecuencias de las crisis siempre recaen sobre un 35% de los trabajadores, aquellos que son más baratos de despedir para las empresas. Según Iñigo Sagardoy, «aún estamos en la creencia de que los contratos temporales fomentan la contratación. Hay que adaptarse a la realidad» Durante el pasado mes de marzo se registraron un total de 1.061.112 contratos, 224.532 menos que en el mismo mes del año anterior. En los tres primeros meses se han firmado 3,2 millones de contratos, nada menos que 1,1 millones menos que en los tres primeros meses de 2008, según los últimos datos del Ministerio de Trabajo. De esta última cifra, sólo 356.112 contratos tuvieron carácter indefinido, un 11,11% del total. Para hacerse una idea de los abusos que se hacen a cargo de la contratación temporal basta echar un vistazo a las cifras del pasado año. En 2008, se registraron ante la autoridad laboral competente un total de 16,6 millones de contratos, de los que 14,7 millones tenían carácter temporal, lo que supone el 88,54%. En los tres primeros meses de este año, la situación no ha variado sustancialmente. Los contratos temporales firmados (2,85 millones sobre un total de 3,2) representan el 88,88%. Hacia un modelo único Y la realidad dice que el mercado laboral español, como el europeo y no digamos del estadounidenses, no demanda tal abanico de modalidades contractuales. En Europa no existe la distinción entre tener un contrato indefinido y uno temporal como en España; se habla de tener un contrato, simplemente. Pero, ¿qué están pidiendo las empresas? Un modelo, un solo contrato, «flexible en su inicio y en su fin». Así lo ha manifestado la CEOE, el Círculo de Empresarios y el resto de patronales. Este contrato único debería incluir bonificaciones para el empleado y no como en la actualidad para formar a los desempleados». El coste del despido Cuando se habla de la necesidad de hacer una reforma del mercado laboral lo único que se pone en tela de juicio es el coste del despido. «La indemnización de 45 días por año trabajado se ha quedado obsoleta», asegura Íñigo Sagardoy, pero, sobre todo, «que pueda llegar a 42 mensualidades. No existe en ningún país». Para muchos, el coste del despido es el verdadero causante de que se utilice de forma, en muchos casos fraudulenta, el contrato temporal. «Por eso no se contrata a trabajadores fijos ni siquiera con despidos de 33 días. Sí a los 45 días de indemnización, pero el tope habría que fijarlo en doce mensualidad». El principal problema que existe en estos momentos es que las situaciones de crisis no son precisamente las que más favorecen las reformas estructurales. «Estamos en uno de los picos más altos de desempleo. El Gobierno está dejando pasar el tiempo a la espera de que la estacionalidad permita mejorar las cifras de paro y centrando sus medidas en la protección del desempleado», dice Íñigo Sagardoy. Aunque los datos de marzo fueron los peores en la histora laboral de ese mes, el número de desempleados se redujo en relación con los dos meses anteriores, aunque en el conjunto del año se han apuntado a los servicios públicos de empleo más de 500.000 personas. Todo apunta a que en abril, con la Semana Santa, el paro dé un pequeño respiro, pero nada más. «Las cifras van a ir mejorando, sin duda, pero el problema volverá cuando se acabe la temporada de verano». Según Sagardoy, «lo que estamos viendo en las últimas semanas en materia laboral no se había visto antes nunca» Confiar en el buen tiempo Para el bufete Sagardoy lo más llamativo es que después de quince meses en los que el número de desempleados ha aumentado en 1,5 millones no existe en ninguna mesa de ningún miembro del Gobierno un solo borrador con algún tipo de medidas estructurales. La última esperanza de muchos está en la tramitación en el Parlamento del Decreto Ley de Medidas Laborales orientadas a frenar la escalada del paro, que el Congreso convalidó el pasado día 3 y que será tramitado como proyecto de ley. El hecho de que el texto gubernamental contara con el apoyo de CiU, el BNG y Coalición Canaria hace suponer que en su paso por la comisión correspondiente se aprobarán algunas mejoras.