Sevilla

El casticismo imaginado

La Razón
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Si las películas «Morena clara», «Currito de la Cruz» o «El gato montés» inauguraron el tópico cinematográfico andaluz en las primeras décadas del siglo XX, las obras del dramaturgo francés Pierre-Augustín de Beaumarchais hace lo propio en la literatura y la música universal. Los personajes de «El Barbero de Sevilla» y «Las bodas de Fígaro» se han convertido en la pervertida imagen que se tiene de la Andalucía ideal y en el producto de una tierra que invita al donaire, la gracia y a la impostura como forma de vida común entre los andaluces.

Sin embargo, el autor francés, como le ocurrió a tantos otros, no llegó a pisar jamás el suelo hispalense en los dos años en los que permaneció en España, entre 1764 y 1765. Relojero de profesión y de tradición familiar, Beaumarchais cambia por completo su destino de artesano y comienza una azarosa vida dedicada a las letras y a asuntos más mundanos como el comercio de esclavos negros o su carrera para alcanzar un estatus nobiliar.

Hugh Thomas, que presentó ayer «Beaumarchais en Sevilla. Intermezzo» (Planeta), en la sede de la Fundación José Manuel Lara y en un acto posterior en la Casa de Pilatos, reconoce que si Beaumarchais hubiera conocido realmente Sevilla, no «hubiera escrito las obras que le dieron fama». El veterano hispanista hace referencia a Beethoven, Verdi y Mozart, quienes tampoco llegaron a la capital andaluza, y sin embargo, crearon en el imaginario colectivo una Andalucía que persiste en la actualidad. Eróticos fandangos, amores desgarrados, noches de cante y sangre... un escenario «imaginado por Beaumarchais» en una corte en la que conoció los placeres de «una vida social muy agradable, que posibilitó esta Sevilla imaginada», aseguró Thomas.

El autor de «La Guerra Civil española» señala que uno de los aspectos más interesantes de su investigación es la figura «revolucionaria» de Fígaro, que se siente y se reconoce como «más listo y mejor que el Conde de Almaviva». Una apreciación que hizo que Napoleón viera en el barbero «un arranque revolucionario».

«Beaumarchais en Sevilla. Intermezzo» se lee con verdadera rapidez y facilidad, ya que el escritor británico ha conseguido convertir, gracias a una ágil y descriptiva prosa, una exégesis histórica en una amena novela histórica. Al contrario que muchos eruditos, que imprimen un sello excesivamente académico a sus obras, Thomas convierte la lectura de esta monografía en un bello ejercicio, que pretende mantener en su próximo trabajo sobre Carlos V y el conflicto de la Guerra de las Comunidades, que asegura ya está preparando.