Miami

Existen «discrepancias» entre los rasgos de Pablo Ibar y el asesino

La «pobre calidad» de las pruebas de vídeo utilizadas contra el español Pablo Ibar, sobrino del boxeador José Manuel Ibar «Urtain» y condenado a pena de muerte en 2000 en Florida (EEUU), no permiten comparar con fiabilidad la imagen de los asesinos con la del primero, testificó hoy ante el juez un experto facial. El experto británico Raymond Evans dijo hoy en la audiencia judicial celebrada en Fort Lauderdale, en el norte de Miami, que las imágenes del crimen grabado por las cámaras de seguridad el día que se cometió son de «baja resolución» y aparecen «distorsionadas». La vista judicial fue solicitada por el nuevo abogado de Ibar, Benjamín Waxman, para que sea anulada la condena de su cliente bajo el argumento que en el juicio se violaron «sus derechos constitucionales». Evans resaltó que, tras analizar de forma científica las imágenes del crimen grabado por las cámaras de seguridad de la casa el día que se cometió, encontró varias «discrepancias» entre los rasgos faciales de Ibar, condenado a muerte en 2000 en este estado, y los de los autores del triple asesinato. Jeffrey R. Levenson, juez que presidió la vista, escuchó los argumentos del experto de la Universidad de Manchester (Reino Unido) mientras éste era interrogado tanto por Waxman como por la Fiscalía Estatal, que en numerosas ocasiones protestó ante el magistrado las preguntas de la defensa. Evans dijo en la audiencia que era muy llamativa la «distorsión» de las imágenes, lo cual impedía precisar los detalles. Vestido de uniforme rojo y con cadenas en las muñecas y tobillos, Ibar, de 36 años, compareció en el tribunal sereno, serio y concentrado mientras escuchaba las intervenciones de su abogado, del testigo y de la Fiscalía. El testimonio de Evans ocupó la mayor parte del tiempo de la vista y se basó en una declaración jurada propia en la que explicó la metodología científica desarrollada en Reino Unidos para identificar imágenes y reconstruir rostros en casos como el del español. Sin embargo, las tres fiscales manifestaron al juez su oposición a aceptar el testimonio del experto facial y argumentaron que éste no era imparcial. Pablo Ibar fue condenado a muerte por los asesinatos en 1984 de Casimir Sucharsky, dueño de un local nocturno, y las modelos Sharon Anderson y Marie Anderson, que estaban en su casa. El crimen quedó grabado por las cámaras de seguridad de la vivienda. Ibar fue apresado en 1994 y desde el 2000 se encuentra en el corredor de la muerte del penal de Raiford, en el extremo norte de Florida. El experto en identificación facial hizo una revisión exhaustiva de su análisis y concluyó, pese a las continuas objeciones de la Fiscalía, que existían «diferencias notables» entre el rostro de Ibar y el de la foto fija del asesino extraída del vídeo. En ese sentido mencionó como elementos diferenciales el tipo craneal de Ibar («pentagonal») frente al del asesino, de forma «más redonda», y partes del rostro como son las cejas, la boca, las orejas, los huesos de las mejillas y la nariz. «No tienen la misma configuración las cejas del asesino y las de Ibar», aseveró. A su juicio, «hay discrepancias entre la forma del rostro del asesino y la de Ibar, por lo que, dijo, sólo se pueden encontrar «similitudes generales» entre ambos. Previo al testimonio de Evans, Waxman manifestó al juez que cuenta con «nueva información del caso» y que su intención es llamar a declarar a diferentes testigos, entre otros al abogado de oficio que defendió a Ibar durante el primer proceso. La defensa de Waxman descansa sobre dos ejes: que la defensa jurídica que recibió su cliente durante el proceso «deficiente» y que las pruebas contra su defendido carecían de fiabilidad. Basado en los «nuevos descubrimientos» de los que tiene conocimiento, Waxman señaló al magistrado que pedirá un «nuevo juicio». Cándido Ibar, el padre de Pablo Ibar, mostró a Efe la «confianza» que tenía en la capacidad del nuevo letrado. «Veo el juicio de forma diferente» porque Waxman «da sensación de seguridad», dijo. «El otro abogado (el que defendió a Ibar en el primer juicio) no defendió el caso a la altura» debida. «Estoy muy esperanzado», subrayó. Por su parte la puertorriqueña Tanya Ibar, esposa de Pablo, volvió a expresar de forma tajante su convencimiento de que su marido es inocente y que no se han recogido huellas dactilares o muestras de ADN en el lugar del crimen que le incriminen. Ibar, sobrino del boxeador ya fallecido José Manuel Ibar «Urtain», siempre ha defendido su inocencia y asegura que cuando mataron a las tres personas por cuyo asesinato se halla en el corredor de la muerte de Starke, él estaba con su novia Tanya, hoy su esposa.