Aborto

Grupos católicos denuncian las «leyes regresivas» del Gobierno contra la familia

El Instituto de Política Familiar advierte que las rupturas matrimoniales han crecido en un 20% tras el divorcio «exprés».

La Razón
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Madrid- Un matrimonio roto cada 3,6 minutos, un millón de niños abortados desde que se despenalizó esta práctica, una tasa de fecundidad que no garantiza el relevo generacional, el invierno demográfico tocando a las puertas de nuestro país y, mientras, el Gobierno mantiene las ayudas a la familia más bajas de Europa. La radiografía de la familia en España no oculta las «fuertes amenazas» a la que esta institución está sometida y que denunciaba el cardenal Antonio María Rouco en la carta con la que convocaba el encuentro del domingo 30 de diciembre en la plaza de Colón de Madrid.
Basado en el discurso que mantuvo el Papa Juan Pablo II, Rouco también proponía en su misiva una serie de cuestiones prioritarias para mejorar esta situación: «La defensa de la vida, de la unión indisoluble del matrimonio entre hombre y mujer, del significado trascendente del amor conyugal y del derecho insustituible e ineludible de los padres a educar a sus hijos según sus propias convicciones».
La preocupante situación de la familia en España es denunciada desde hace tiempo por varias instituciones. Una de ellas, el Instituto de Política Familiar (IPF), ha facilitado a LA RAZÓN un avance de su informe anual sobre la cuestión, que hará público el próximo enero. Según ha afirmado su presidente, Eduardo Hertfelder, a este diario, «los problemas de la familia se han agravado en los últimos años, entre otras cosas, por el tradicional abandono al que la han sometido las administraciones en España, y por las políticas antifamiliares del actual Ejecutivo».
Para Hertfelder, la familia tiene dos problemas fundamentales, que le afectan en su mismo origen. El primero de ellos, las rupturas familiares, alude directamente a ese concepto de «unión indisoluble» al que hacía referencia el Papa. En 2006 se produjeron más de 145.000 rupturas (entre divorcios y separaciones) en España. De continuar las actuales tendencias, será en 2010 cuando el número de matrimonios se iguale, cada año, al de rupturas.
El crecimiento de los matrimonios rotos ha sido vertiginoso en los últimos años, sobre todo a partir de la aprobación del divorcio «exprés». Para Hertfelder, éste es un ejemplo de las «leyes regresivas de este Gobierno contra la familia». «Cuando lo lógico hubiera sido implementar medidas para reducir los divorcios –añade–, lo que hace el Ejecutivo es aprobar una ley que potencia las rupturas en vez de disminuirlas, al eliminar el periodo de reflexión y permitir que el divorcio se pueda solicitar sin ningún tipo de causa y de forma unilateral». Y es que, según los datos que maneja el IPF, un veinte por ciento de los matrimonios se reconciliaba en ese «periodo de reflexión» que suponía el tiempo de separación. Las consecuencias son que más de 1.750.000 niños están creciendo sin la referencia directa de su madre o su padre.
El otro gran problema apuntado por Hertfelder es la «explosión del aborto», uno de los pilares sobre los que pivota la labor de defensa de la vida planteada por la Iglesia. Tras duplicarse su número en los últimos diez años, España se ha convertido en el país de la Unión Europea donde más han aumentado los abortos. Desde su despenalización, en 1985, han muerto unas 1.118.500 personas por esta práctica. En 2007 la cifra anual superará los cien mil, lo que hace que uno de cada seis embarazos acabe en un aborto provocado .
Para Hertfelder, estos dos ejemplos «denotan la concepción que tiene este Gobierno sobre estos problemas, pues ni respetan a la persona humana, ni a la institución familiar, fundamento de la sociedad». «La familia española no se merece un Gobierno que está traicionando sus propios compromisos electorales en esta materia», concluye.
Otra de las cuestiones de las que alertan los datos facilitados por el IPF es que el elevado número de abortos unido a la baja natalidad (a pesar del repunte en los últimos años) está provocando en España un «invierno demográfico» y un envejecimiento acelerado de la población. «Los indicadores actuales señalan serios problemas estructurales ya que hay 1.100.000 personas mayores de 65 más que jóvenes de 14 años». El relevo generacional no está garantizado porque la tasa de fecundidad en España, que es de 1,37 hijos por mujer, sigue estando muy por debajo del nivel de reemplazo (2,1 hijos por mujer) y de la media europea.